Si vives en un lugar con calor y humedad o has decidido pasar unos días en la playa y quieres correr, es necesario que hagas algunos cambios para que el clima no afecte tu rendimiento y de paso, tu salud.

Recuerda que la humedad evita que el sudor se evapore y que llegues a sentir más calor aunque la temperatura sea menor. Esto también podría provocar el calor corporal se elimine y por lo tanto, podrías sufrir de un golpe de calor al correr, lo cual podría ser sumamente peligroso. También aumentará tu frecuencia cardiaca porque tu cuerpo trabajará más duro para transportar oxígeno, podrías cansarte más rápido, y si tienes sobrepeso, generarás más calor, lo cual acortará el tiempo para seguir corriendo. Si eres de las que pierde más sodio o eres una corredora «salada», es decir, la sal que eliminas se queda en tu cara, debes aumentar el consumo de electrolitos para evitar calambres.

Aquí te dejamos 4 estrategias para que el calor y la humedad no afecten tu rendimiento.

  1. Hidratación adecuada. Cuando estás entrenando fuerte debes consumir 3 litros de agua y si tienes una distancia larga, 2 litros de agua y 1 lt de electrolitos un día antes del entrenamiento. Antes de salir a correr bebe 500ml de agua y trata de beber de 250 a 250 ml cada media hora. Y si corres más de una hora bebe electrolitos y carbohidratos, los geles son una excelente opción mezclados con agua.
  2. Elimina accesorios. No uses gorra ni tampoco ropa de color oscuro para evitar la acumulación de calor. Opta por las viseras y los colores claros, además del bloqueador solar.
  3. O muy temprano o muy tarde. Evita correr después de las 11am y antes de las 6pm para entrenar a una temperatura más baja y con menos radiación solar.
  4. Disminuye las distancias, aumenta la fuerza. Ejercicios cortos pero intensos te pueden ayudar en los días que el calor aumenta. De todos modos estarás trabajando la condición física y puedes hacerlo en un sitio techado.

Ahora ve:

Reglas básicas de hidratación para una corredora