ampolla

Pocas son las corredoras que no han sufrido una ampolla al correr, sobre todo, en largas distancias. Una ampolla se produce por el exceso de fricción causada por una técnica de carrera deficiente, por usar tenis que no son adecuados para el tipo de pisada, por correr con tenis nuevos el día de la carrera, por una mala calidad del zapato, por no utilizar plantillas personalizadas…sin embargo, hay diversas maneras de curarse una ampolla y aquí algunas corredoras te comparten lo que ellas hacen para curarlas.

Fernanda Ramo, abogada y maratonista, nos cuenta: «yo pico la ampolla para que salga el líquido pero no me quito la piel. Si es muy grande y para que no me vuelva a salir, paso una aguja desinfectada con un hilo por ella. Anudo el hilo y lo dejo ahí. Suena más doloroso de lo que es y funciona perfecto. Después quito el hilo cuando ya haya cerrado».

Mónica Rivera, ama de casa y maratonista, comparte: «si se reventó y peló me lavo bien frotando con jabón en la herida y me pongo mertiolate blanco y pomada de la campana, si está llena de líquido, dejo que se disuelva».

Sonia Chávez, editora de Runner’s World México y maratonista, señala: «si tiene líquido la reviento con una aguja y luego le pongo la secadora del cabello para que se seque lo más que se pueda. La recorto para que no quede exceso de piel muerta y aplico pomada para rozaduras de bebés como Capent o Hipogloss hasta que se cure. Mi podóloga me recomendó lo de la pomada y es lo mejor para agilizar la curación. Uso zapatos cómodos y dejo de correr si es necesario hasta que alivie por completo».

¿A ti te ha pasado? Cuéntanos cómo resuelves este tema.