Todos cometemos errores, después de todo eso es lo que nos hace humanos; sin embargo hay errores que podemos evitar y que nos ahorrarán muchos dolores -tanto físicos como de cabeza-.

Correr parece bastante fácil. Después de haber sido nadadora por muchos anos pensé que lo único que necesitaba para convertirme en corredora era tomar mi par de zapatos y poner un pie delante del otro. Pero a los primeros cinco minutos de comenzar a hacerlo me di cuenta que esta actividad no era tan simple… muchas ampollas, dolores, lesiones y aprendizajes; después me he dado cuenta que aunque correr es una actividad “simple” requiere de planeación y otras cosas alrededor que pueden hacernos la vida mas facil.

Si eres corredor (o si has pensado en unirte a la tribu sudorífera de los corredores, pero te sientes intimidado de comenzar a hacerlo) aquí te presento una lista de cosas que he aprendido y que espero te ayuden a tener mejores entrenamientos y mejores carreras.

  1. SOLO CORRER

Durante mi primer año y medio como corredora no hice ninguna otra actividad más que correr. Escuchaba la cantidad de distancia que hacían otras corredoras por semana y traté de emularlo. El resultado fue fatal. Me la pasaba o adolorida o semi-lesionada. Ahora me doy cuenta que no se trata únicamente de correr para ser mejor corredora, sino de complementarlo con entrenamientos cruzados que me den una buena base aeróbica y de fuerza sin el golpeteo en mi cuerpo de la corrida.

  1. NO MOVERSE DESPUÉS DE CORRER O DE TERMINAR UNA CARRERA

Mi mayor error fue caer en el sofá y no moverme después de mi primer maratón. Recuerdo que llegué a la casa, me bañé y me senté. Mis piernas se pusieron tan tiesas que apenas pude caminar por unos días, y las escaleras eran una tortura. He aprendido que después de correr siempre es bueno moverse un poco (aunque sea lo último que queramos en ese momento) pues así la sangre fluye. Por lo general, camino mucho después de una carrera (y siempre corro unos kilómetros suaves después de terminar) o me meto a nadar o a correr en el agua.¡Esto ayuda mi recuperación!

  1. COMER NUEVOS ALIMENTOS ANTES DE CORRER

Recuerdo mi primer maratón. Antes de comenzar había una mesa con galletas, brownies y otras cosas gratis para los corredores. ¡Se veían deliciosas! Pensé: “voy a correr un maratón, por supuesto que puedo comer unas galletas pues las voy a quemar”. ¡Error! Como al kilómetro 16 mi estómago estaba super mal y tuve que pararme al baño un par de veces.… Ahora sé que no debo jugar con los alimentos que consumo antes de correr (incluso el día anterior) y me apego siempre a comer avena con plátano, pan con miel y una bebida con electrolitos.

  1. SER DEMASIADO AMBICIOSO

Me emocioné al comenzar a correr y me inscribí para una carrera con algunos amigos más experimentados, pero no estaba preparada adecuadamente y no entrenaba eficientemente. Terminé con ampollas del tamaño de niños pequeños en mis pies. ¡No pude usar zapatos por dos días! Ahora sé que aunque todo es posible, también todo lleva un proceso. Si no estamos preparados para correr una carrera de 10kms quizá deberíamos comenzar con las de 5 y ya que dominemos la distancia, inscribirnos a la de 10. ¡Lo mismo va para los entrenamientos!

  1. OLVIDAR TOMAR DÍAS DE REPOSO

Entrenar demasiado y no descansar lo suficiente me lastimó durante meses. Yo estaba agotada, y mis niveles de motivación y fuerza para correr estaban bajísimos, además que acabé lesionada. Desde entonces he aprendido a correr, descansar y ser paciente más que dramática y drástica.

  1. IGNORAR EL ENTRENAMIENTO DE FUERZA

No hice suficiente entrenamientos de fuerza hasta que tuve algunas lesiones. Ahora hago activamente muchos ejercicios de fortalecimiento de caderas y de glúteos para balancear  mi tendencia natural a pisar hacia adentro.

  1. INTENTAR IR RÁPIDO EN CADA CARRERA

Cuando empecé a correr, traté de llevar un registro personal cada vez que salía por la puerta . Siempre quería correr rápido en cada entrenamiento. Esto funcionó muy bien durante un par de semanas, hasta que después de un tiempo comencé a lesionarme. Los entrenamientos están planeados de cierta manera para que puedas recuperarte y darle duro cuando debas. Todos los corredores elite que conozco tienen días de trotar leve después de entrenamientos difíciles. Recuerdo un tiempo que estuve entrenando con Bernard Lagat y otros corredores Etíopes y Kenianos, yo pensaba que siempre íbamos a estar corriendo rápido y cual fue mi sorpresa que los días de trote de recuperación el paso de ellos era aun más lento que el mío. Ahí aprendi que hay que guardar energía para cuando se deba correr rápido.

  1. FORTALECER LAS CADERAS

Tuve el síndrome de banda iliotibial durante mucho tiempo porque no hice ningún fortalecimiento de la cadera. Cuando traté de seguir corriendo con mis caderas débiles, finalmente terminé con una vértebra mal alineada en la espalda. Además de la buena forma, el entrenamiento de fuerza es crucial.

  1. CREER QUE EL CALZADO PARA CORRER NUNCA DE DESGASTA

Una amiga que corre solo compró un par de zapatillas para entrenar para su primer maratón, pensando que se acababan en función de cuánto tiempo los tenía y no cuántas millas corría con ellos. En su carrera final de 20 millas, tuvo tanta inflamación y dolor en sus pies que tuvo que parar. Después de una resonancia magnética ordenada por el médico, descubrió que sus zapatillas habían dejado de ser útiles desde hacía más de un mes. Entonces tuvo la opción: correr el maratón con zapatos inservibles o comprar unos nuevos. Mi amiga finalmente optó por nuevos zapatos y comprendió que mi obsesión por tener varios zapatos para correr no se trata de estar bien combinada sino de funcionalidad y prevención de lesiones.

  1. REHUSARTE A PARAR

Después de estar entrenando muy bien, un día, un par de semanas antes del maratón de Phoenix en el 2012, sentí un dolor en la cadera muy fuerte. En vez de parar seguí entrenando y aunque mi paso no era bueno eso indicaba que había un problema más grave. Yo era la favorita para ganar el maratón y cuando comenzamos, desde el kilómetro 6, tuve mucho dolor. En vez de pararme seguí forzándome porque no quería verme débil o no terminar. Y si bien terminé en tercer lugar general en ese maratón, mi tiempo estuvo lejos de mi mejor marca personal (terminé más de 10 minutos arriba con 2horas 53 minutos y lo peor, por no haberme parado dañé más lo que pudo haberse mejorado en un par de semanas si no hubiera competido. Es importante escuchar a nuestro cuerpo y saber cuándo parar. Y lo más importante, parar por dolor no es signo de debilidad sino de fortaleza mental. Ahora sé que una carrera no vale meses de frustración.

  1. NO PRACTICAR CÓMO GUARDAR TU “COMBUSTIBLE”

Corrí una carrera y llevaba un paquete de Honey Stinger (gel) en la mano como “combustible”. Estalló cuando lo abrí a mediados de carrera, lo que hizo que me quedara toda pegajosa y con olor como de manzana amarga durante muchos kilómetros. Ahora he aprendido que hay que practicar cómo ingerir lo que vas a consumir durante tus carreras cuando entrenas.

  1. ESPERAR A QUE UN DOLOR SE PASE SIN ATENDERLO

Siempre he sido atlética y nunca había estado lesionada, pero, como lo mencioné anteriormente, antes de mi maratón sentí un dolor y en vez de atenderlo de inmediato, no le hice caso. Esto me costó muchos meses sin correr (además de muchas visitas al médico y mucho dinero). Ahora sé que es preferible parar un par de días que un par de meses y que si hay algún dolor real es mejor parar aunque estés a la mitad del entrenamiento.

Checa la segunda parte…

Recuerda seguirme en twitter (@terezacher), Instagram (@InsightfulRunner) y Facebook (Tere Zacher/Atleta) para motivación y tips durante el día.

¡Hasta la próxima!

Lo más importante es recordar por qué comenzamos a correr.