¿Por qué la leche de almendras es una excelente opción? Aunque sabemos que no es estrictamente leche, pues a las almendras no las ordeñamos, aquí te damos varias razones para tomarla.

La lactosa que contiene la leche de vaca, es el azúcar de la leche, la cual se descompone en: glucosa y galactosa. La intolerancia a la lactosa es la incapacidad que tiene nuestro organismo de digerir el azúcar natural de la leche.

La caseína es una de las proteínas de la leche, de absorción lenta, esto significa que requiere permanecer mucho más tiempo en nuestro aparato digestivo. Esta proteína también llega a causar intolerancia alimentaria y ocasiona síntomas molestos, bastante parecidos a los que causa la lactosa, razón por la cual se confunde fácilmente la intolerancia entre una y otra (lactosa y caseína).

Por otro lado, la leche de almendras no tiene lactosa y es rica en antioxidantes y minerales esenciales como el potasio y el calcio, además que no tiene colesterol. Es el sustituto ideal para la leche de vaca e incluso posee muchas menos calorías que la leche de soya.

Tiene un alto contenido de vitamina E, el cual es un antioxidante natural que ayuda a prevenir el cáncer y a retrasar los procesos de envejecimiento. 

También, nos provee de vitaminas D y A, omega 6, zinc, hierro y magnesio. Y por si aún tienes dudas, déjame decirte que tiene un alto nivel de fibra natural, la cual ayuda a proteger la pared del intestino, favoreciendo al colon ayudándolo a regular la absorción de azúcares y controlar los niveles de colesterol.

Hacerla es de lo más sencillo y rápido, aquí te decimos cómo:

INGREDIENTES:

  • 1 taza de almendras REMOJADAS. Es muy importante dejarlas remojar una noche, para activar las proteínas que contiene la almendra, además de limpiarlas.
  • 3 a 4 tazas de agua. Esto dependerá de qué tan espesa la quieres. 4 tazas equivalen a 1lt de leche. A mí en lo personal me gusta con 3.5 tazas para que no quede muy espesa.
  • 1 dátil sin hueso. Este es un endulzante natural y es opcional, puedes cambiarlo por miel de agave, azúcar de coco, extracto de vainilla o miel maple. O simplemente no endulzarla.

NECESITARÁS:

  • 1 licuadora
  • 1 manta de cielo para colar la leche o un colador con red muy finita.

PROCEDIMIENTO:

  1. Colar las almendras y colocarlas en la licuadora. (El agüita con la que las remojaste, puedes usarla para regar tus plantitas).
  2. Agregar las 3 a 4 tazas de agua, más el dátil (o el endulzante que hayas elegido).
  3. Licuar los ingredientes hasta que haga espuma.
  4. En un recipiente colocar la manta de cielo y colar la mezcla, debes “ordeñar” la manta hasta dejar solo la pulpa de las almendras. OJO: No tires la pulpa, que puedes usarla para hacer trufas, queso o requesón ¡próximamente la receta!

¡LISTO! Ya tienes tu leche de almendras casera y ¡súper sana!

Disfrútala con smoothies, café, budines, o lo que te guste. Lo mejor de esto: sin miedo a inflamarte o a que te caiga de peso. Además esta leche no se echa a perder, con que la tengas tapada y refrigerada, no pasa nada.

Súper importante: recuerda agitarla cada vez que la vayas a usar.

TIP: Esta misma receta la puedes usar para la leche de avena, coco, nuez o avellana.

¡Nos leemos en la siguiente receta!

Val.