Hacer una carrera en la montaña es muy distinto a correr una la calle, por ello debes entrenar muy bien tus piernas y, muy importante, tu mente.
- Disfruta el paisaje
No te concentres en lo duro del camino, disfrútalo, después de todo, tú elegiste estar ahí, incluso pagaste por hacerlo. Las vistas que nos regalan las rutas de montaña son espectáculos visuales que no siempre tenemos oportunidad de repetir. Llénate de la energía que te ofrece la naturaleza, respira más profundo e incluso, puedes detenerte o bajar el paso simplemente para agradecer esa conexión con la naturaleza y que hoy, correr te permitió hacerlo.
- Visualízate cruzando la meta
Prepara tu mente para sentir la satisfacción de cruzar la meta y aférrate a ello, no consideres la opción de abandonar, salvo en caso de algún accidente que te impida continuar. Grábate esa imagen de gloria y materialízala. Cruzar la meta de una carrera de montaña tiene una dosis de magia que no se vive en las carreras de ruta, aquí el esfuerzo es doble y está cargado de mucha emoción.
- Agradece la oportunidad de estar ahí
Piensa en todas las personas que quisieran estar en tu lugar pero por algún motivo no pueden. Cuánta gente no puede caminar, o ver, cuánta gente tiene contraindicado subir montañas, y cuánta gente no tiene las posibilidades económicas de vivir la experiencia que tú estás viviendo. La montaña no es para todos. Tú tienes hasta el outfit correcto para completarla. Valora todo esto cuando te encuentres ahí.
- Revisa previamente la ruta
Casi todas las carreras de montaña difunden la ruta y la altimetría con anticipación, estúdiala y prepárate para las partes más duras, es donde debes recurrir a tus mayores motivos para lograrlo. Que no te tome por sorpresa el cansancio, te será más fácil encarar el reto si llevas definida tu estrategia física y mental. Además es importante que tengas previsto las indicaciones, los puntos de abastecimiento y servicios médicos. Si es necesario, lleva tu propia hidratación y comida por cualquier cosa. ¡Y si tienes que caminar, hazlo! Aquí hay que terminar, el tiempo no es tan importante como en las carreras de pista o de ruta.
- Disfruta tu tiempo a solas
En la montaña, muchas veces, te encuentras sola en la ruta, y en ese momento, eres tu único aliento. Disfruta estos momentos de introspección y diálogo interno, recuerda los sacrificios que has hecho para llegar a donde estás y no desistas hasta cruzar la meta. Ese tiempo a solas te va a responder muchas preguntas que te has hecho no solo como corredora sino acerca de la vida misma. De hecho, hay estudios que demuestran que correr en la montaña disminuyen los síntomas de depresión y mejoran el estado de ánimo. Créeme, correr una carrera de montaña te cambia la vida.
Por Rosario Ramírez Gutiérrez
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