5 momentos en los que nos tocó ser valientes como corredoras
Ser corredora es igual a ser valiente, y es que solo nosotras sabemos a los retos que nos enfrentamos cuando decidimos que correr sería nuestro estilo de vida.
Si bien amamos el viento en nuestro rostro y los pies en el asfalto, también amamos esos retos a los que nos hemos visto enfrentadas para demostrar que la valentía es nuestro estandarte.
Así que si compartes nuestra ideología, seguramente también has pasado por estos cinco momentos en los que nos tocó ser valientes.
El primer chequeo
Escuchar el plan de entrenamiento y la voz del coach diciendo: “te toca checar 1000m” es algo intimidante en un principio, pero nada que no se resuelva con consejos de nuestro entrenador y manteniendo nuestra mente positiva. ¡Pudimos con eso y con más!
El primer entrenamiento después de una lesión
Estar inmovilizadas durante un tiempo y cuidando el área de nuestra lesión, para después regresar a los rudos entrenamientos a los que estamos acostumbradas también implica una valentía, que seguro has superado más de una vez. ¡Bien, corredora!
El primer maratón
¡¿Qué?! “¿Correr 42 kilómetros si apenas puedo con 10?”, seguramente ese fue tu pensamiento en tu primer 10k, y antes de enfrentarte a tu primer maratón, y es que nadie que ame tanto correr puede resistirse a esta gran prueba.
“Ya no puedo más”
No han sido una ni dos las veces que nuestro cuerpo ha dicho “ya no puedo más” durante una carrera, seguramente han sido muchas más, pero, ¿recuerdas que te hizo cruzar la meta? Cuando el cuerpo se cansa le toca al corazón y a la mente hacer el trabajo, ¡por eso llegaste!
Cuando cambiamos nuestros hábitos
Comer bien; a nuestras horas, dormir y despertar temprano. Visitar al nutriólogo, al fisioterapeuta, dejar a un lado esa fiesta del sábado porque hay carrera el domingo, y uno que otro vicio que afecta nuestra salud fueron retos a vencer. ¡Somos las más valientes!