Correr un maratón es cosa de campeonas, y si eres de esas corredoras que ya dominó más de uno, seguramente aprendiste mucho en cada paso y respiración que diste.
Sin duda puedes darte cuenta de que no eres la misma atleta antes y después de correr un maratón, y es que no solo es una experiencia en la que expones a tu cuerpo a una actividad física imponente, sino, a tu mente en un estado sumamente exigente y lleno de enfoque.
Así que checa estas siente enseñanzas que a más de una nos ha dejado correr maratones.
Enfocarnos en un objetivo
Correr 42k es imposible sin un entrenamiento previo, el cual implica días de esfuerzo máximo sabiendo que tenemos una meta que cumplir. Enfocarnos en nuestra rutina, comer bien, descansar nuestras horas, son parte de ese enfoque al que aprendimos a darle importancia para disfrutar y no sufrir al correr tantos kilómetros.
Amar el trayecto
En nuestro camino al maratón tuvimos de la mano a nuestro coach, compañeros, e incluso familiares que nos apoyaron a prepararnos durante el proceso. Nos divertimos entrenando, siguiendo nuestra dieta, rompiendo nuestras marcas, y dándole a nuestro cuerpo un merecido descanso después del entrenamiento.
Se vale llorar
De emoción, felicidad, impotencia o de tristeza. Lloramos cuando bajamos un segundo en el kilómetro 30. También cuando nos excedimos y lastimamos nuestro cuerpo, pues nos dimos cuenta de lo importante que también es escucharlo y cuidarlo. ¡Sí se vale llorar!
El apoyo nunca falta
Ni el de nuestro coach dándonos el último consejo antes de cruzar la línea de salida, ni el de las personas aplaudiendo alrededor mientras nos inyectaron la energía que sentíamos perder.
7 lecciones que correr nos ha enseñado para aplicar en la vida
Es el primero, pero no el último
Cuando cruzamos la meta de nuestro primer maratón nos dimos cuenta de lo difícil y placentero que fue. Correr esos maravillosos 42k se convirtió en una adicción que solo se cura entrenando.
La mente juega el papel principal
Mantenernos enfocadas en la técnica, respiración y latidos fue trabajo de nuestra mente. Gracias a ella recordamos aquellos esfuerzos en el entrenamiento y la razón por la cual estamos corriendo para cruzar la meta de ese 42k.
Siempre hay algo que mejorar
Quizá hayamos roto nuestra marca personal ya que el cuerpo respondió mucho mejor que el maratón pasado, pero eso no significa que haya cosas nuevas por aprender y mejorar en el siguiente. La perfección se alcanza con base en los entrenamientos.
Ahora ve: