Momentos bochornosos al correr

Cuando nos preguntan el porqué nos gusta tanto correr, siempre pensamos en cosas positivas para convencer a los demás de que nuestra pasión es el mejor tipo de locura que existe, hablamos de las carreras, el ambiente, la competencia contigo misma y las ganas de superarse, pero nadie habla de la parte no tan agradable.

Las caídas. ¿No te has caído?, no eres corredora. A todas nos ha pasado que nos tropezamos, que nos caemos en algún bache, nos estrellamos con alguien o hasta nos llevamos a un pobre perrito entre las pies. Es super normal caernos pero ¡qué pena nos da cuando nos pasa!, no sabemos si reír o llorar, puede ser que un poco de las dos ¿no?. Si corremos con suerte, nadie nos ve, nos sacudimos y los levantamos de inmediato pero si hay gente alrededor, al menos yo me sonrojo pero continuó. 

¡El baño!. Si eres corredora es de ley que por lo menos una vez en la vida te pase que sientes que no llegas al baño. Por eso, muchas revisamos la ruta de la carrera o del entrenamiento antes, no para saber el recorrido sino para saber en qué momento nos podremos parar al baño y donde estarán ubicados.

Los berrinches. Típico que vas corriendo y alguien te va marcando el paso y llega el punto en el cual ya no quieres o no puedes seguirlo, quieres llorar y empezar a caminar o bien, solo quieres que se acabe, o si terminas abandonando solo quieres que te trague la tierra. ¿Y no te ha pasado que si alguien corrió más rápido que tú, el ego te hace malas jugadas y te enojas? Siempre lo queremos negar pero casi todas hemos tenido un episodio así.

Las fotos. Nunca falta la foto que nos tomaron durante la carrera en la que se nos sale la papada, justo estábamos haciendo gesto, secándonos el sudor, llevando una mala postura y creemos que no nos vemos lindas. Lo peor de todo, es que es la foto que publican en todos lados y solo quieres que nadie te reconozca.

El susto. Sí, el susto cuando se cambia la canción en nuestro reproductor y tiene un volumen mucho mayor a la canción pasada y nos asustamos tanto que hasta nos quitamos los audífonos y hacemos caras. O bien, cuando alguien nos rebasa y vamos tan concentradas que eso nos hace saltar. 

La ropa. A varias nos ha pasado que nos ponemos calcetines que no son del mismo par, que los leggins se transparentan de donde no deben, que el top esta vez nos queda más ajustado o más aguado, que la liga del pelo se rompió, o que ya nos rozamos en la entrepierna y ya ni podemos caminar.

La menstruación. A veces se nos adelanta o bien, es tan abundante que ni el tampón ni la toalla nos protege lo suficiente. Encontrar un lugar donde cambiarte se vuelve primordial y si tus leggins se mancharon, la cosa se complica más.

Compártenos cuál ha sido tu  momento más vergonzoso en tu carrera como corredora.

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