Para cada una de nosotras el correr puede significar un parte aguas en nuestra vida; sin embargo, en resumidas cuentas, nos motivó más de una vez a salir adelante en específicas situaciones.
Así que échale ojo a estos nostálgicos momentos en los que correr salvó nuestra vida.
Después de un truene
Qué hubiera sido de nosotras sin esa salida a correr que nos llenó de endorfinas para evitar que le lloráramos a nuestro ex. Bien dijo María Felix, “a un hombre hay que llorarle tres días, al cuarto te pones los tennis, leggins nuevos y te vas a correr”.
Cuando las gripe se quiso apoderar de nuestro cuerpo
Según la Dra. Sandra Martínez, salir a correr en los primeros días de un resfriado permite que las vías respiratorias se abran y se logre expulsar la mucosidad del organismo con mayor facilidad. Solo se deben evitar las cargas fuertes de entrenamiento, pues el control de la respiración se dificulta un poco.
Muriendo de cólicos
Seguramente más de una vez huiste de tu entrenamiento por los cólicos menstruales; sin embargo, decidiste salir a correr pues leíste o escuchaste del poder que tiene el ejercicio aeróbico para disminuir estos síntomas. Laura de la Fuente, ginecóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre en Madrid, se basó en diversos estudios para confirmar que el ejercicio reduce el estrés y las endocrinas que libera aumentan el umbral del dolor.
Cuando nos invadió el estrés
Según médicos y terapeutas, correr es el mejor ejercicio para conseguir una salud emocional reduciendo los niveles de estrés y ansiedad. Por ello, las corredoras tenemos la facilidad de lidiar mejor con la tensión provocada día con día, gracias a que nuestra mente se mantiene libre de preocupaciones consiguiendo un mayor grado de reflexión.
Verano a la vista
Típico, querer reducir 5 centímetros de cintura y tonificar el cuerpo en un mes. Si bien no vamos a conseguir los resultados que se consiguen normalmente en un año, un mes de buen entrenamiento corriendo se notará a la hora de usar tu bikini, pues es tiempo suficiente para notar los primeros cambios en tus músculos, los cuales se verán más marcados y perderás uno que otro kilito de más.
Tomando buenas decisiones
La vida es a base de decisiones, y seguramente todas hemos estado en el dilema entre tomar una un otra. Salir a escuchar nuestros pies en el asfalto seguramente fue la manera en que conseguimos despejarnos para ver más claro el panorama y elegir lo que mente, cuerpo y corazón sentían que era lo correcto.
Cuando nos sentimos solas
Cuántas veces no nos pegó la soledad y salimos a correr sin pensar que más allá de la paz que encontraríamos en nosotras mismas, hallaríamos a alguien que nos regalara una sonrisa, una palabra de aliento, o por qué no, que se sumara a nuestro trote.
¿Cuántas veces correr te salvó la vida? ¡Seguro más de 7!
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7 lecciones que correr nos ha enseñado para aplicar en la vida