Octubre es el mes de sensibilización sobre el cáncer de mama, el cual está incrementando en todo el mundo debido a la mayor esperanza de vida, el aumento de la urbanización y la adopción de modos de vida occidentales, según lo señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según cifras de la OMS y el INEGI:
– Alrededor de una de cada dos personas (hombres y mujeres), aproximadamente el 41% de la población, será diagnosticada con cáncer en algún momento de su vida.
– El cáncer de mama representa el 16% de todos los cánceres femeninos.
– Cada año se producen 1.38 millones de nuevos casos y 458,000 muertes por cáncer de mamá a nivel mundial.
– En México, el cáncer de mama es la cuarta causa de mortalidad por tumores malignos dentro de la población de 20 años y más.
Los factores de riesgo de cáncer de mama son:
– Antecedentes familiares.
– Haber tenido el periodo antes de los 12 años de edad.
– Nunca haber estado embarazada.
– Tener a tu primer hijo/a después de los 30 años.
– El no lactar.
– Una menopausia tardía.
– La ingesta de alcohol y/o el consumo de tabaco.
– La falta de actividad física.
– Una alimentación desbalanceada.
– La obesidad y el sobrepeso.
– Uso excesivo de hormonas femeninas (como anticonceptivos orales).
– Presencia de ciertas alteraciones genéticas hereditarias.
Asimismo, varios factores de nutrición están asociados con el riesgo de ciertos tipos de cáncer, incluyendo cáncer de mama, endometrial, de colón, riñón, boca, faringe, laringe y esófago. De hecho, el 21% de todas las muertes por cáncer de mama alrededor del mundo se pueden atribuir al consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad y la falta de actividad física. Todas ellas cuestiones de estilo de vida que se pueden corregir a tiempo.
Sin embargo, la Asociación Americana del Cáncer (American Cancer Society) sugiere que las “verduras, frutas y granos enteros deben conformar la parte central de la dieta de una persona, independientemente de si proceden de la agricultura orgánica o convencional”.
Aquí las recomendaciones de alimentación y actividad física:
- Alcanza y mantén un peso saludable a lo largo de tu vida. Evita subir de peso, manteniéndote lo más delgada que puedas sin estar desnutrida o baja de peso.
- Conserva un estilo de vida físicamente activo. Realiza por lo menos 150 minutos de actividad moderada o 75 de ejercicio intenso a la semana (o una combinación), correr es muy recomendable. Para los niños y adolescentes, se recomienda una hora de actividad física diaria, con ejercicio vigoroso por lo menos tres veces por semana. Limita comportamientos sedentarios como estar sentada de manera prolongada y permanecer acostada viendo la TV o en la computadora.
- Consume una dieta saludable enfatizando los alimentos de origen vegetal.
- Prefiere comidas y bebidas en porciones adecuadas que te ayuden a alcanzar y mantener tu peso ideal.
- Disminuye la cantidad de carne roja y carnes procesadas en tu dieta.
- Come granos enteros diariamente, como pasta y pan integral.
- Incluye por lo menos dos tazas y media de verduras y frutas cada día.
- Limita tu ingesta de alcohol a no más de una bebida alcohólica diaria.
- Mantente lejos del tabaco.
Utiliza métodos de detección precoz como la autoexploración, conoce los primeros signos y síntomas y acude a tus pruebas médicas de rutina, como la mastografía. A partir de los 40 años toda mujer debe realizarse una mastografía anual.
La Fundación de Cáncer de Mama ha recopilado esta lista de señales de alarma:
- Presencia de una masa indolora en la glándula mamaria.
- Cambios de temperatura en los senos.
- Cambios en la textura de la piel: heridas o inflamación.
- Cambios en el pezón: punzadas, agrietamiento, irritación o hundimiento.
- Segregación anormal por el pezón de color blanco, café, cremoso o sanguinolento.
Si reconoces alguna de éstas, busca atención médica lo antes posible. Recuerda que puedes reducir los factores de riesgo de cáncer de mama a través de un estilo de vida saludable, realizando ejercicio y con una dieta balanceada.
Durante el mes de octubre te invitamos a portar un listón rosa como símbolo internacional de apoyo moral a las mujeres con este padecimiento. ¿Sabías que el primer listón rosa fue utilizado en 1991 en una carrera en la ciudad de Nueva York? Cuando la Fundación Susan G. Komen repartió moños rosados a todos los participantes en alusión a las sobrevivientes de cáncer de mama.
Por Rocío Río de la Loza, Health Coach.