Todo inició hace dos años, cuando mi amiga me invitó a participar en una carrera de 5 Km. No estaba muy convencida, pero me interesaba mucho hacer ejercicio, ya que entré el trabajo y mis hijos dejé muchos años de realizar cualquier actividad.
Después de participar, me encantó el ambiente y lo bien que se siente cruzar la meta, esa sensación de ganadora, por lo que decidí empezar a hacerlo en forma. Comencé a entrenar y solo tenía tiempo de hacerlo muy temprano, ya que tenía que dejar a mis hijos a las 7 de la mañana en su escuela y de ahí al trabajo, por lo que me levantaba todos los días a las 4:45 de la mañana para poder correr.
Hubieron muchas carreras de 5, 10 y 21 km durante el primer el año, pero el hacer un maratón no dejaba de pasar en mi cabeza. Y después de un año de correr decidí inscribirme en el maratón Lala en Torreón, porque mi esposo es de esa ciudad y el apoyo de toda su familia estaría ahí. Llegue a la ciudad desde el viernes y ese mismo día, fui a recoger mi paquete. Sentía una emoción muy grande por ser mi primer maratón, el recoger mi número y ver el ambiente me hacía sentir muy emocionada.
Pero sucedió algo inesperado, el sábado muy temprano me llamó mi hermano para avisarme que mi abuelito había muerto, me sentí muy mal, ya que fue una persona muy importante en mi vida, por lo que tomé la decisión de tomar el primer avión y estar de regreso para darle el último adiós, y pensé, ya habrá otra oportunidad de correr otro maratón.
Y después de pasar por todo esto, decidí inscribirme al maratón de la Ciudad de México, el cual pude completar satisfactoriamente, dejándome una gran experiencia y descubrir mi pasión por correr, la cual no cambiaría por nada, y eso sí con muchas ganas de volver a correr otro maratón este 2015.
Ana Reyes