La mayoría de nosotros raramente utilizamos nuestra capacidad física absoluta, así que es difícil imaginar dónde residen nuestros verdaderos límites.
Cuando era pequeña escuché algo que me marcó mucho: un grupo de científicos se juntó a estudiar a las abejas (si, los animalitos que vuelan de flor en flor para crear miel). Ellos, después de muchos análisis y estudios, concluyeron que las abejas eran demasiado gordas, demasiado redondas, demasiado pesadas y demasiado lentas y que, por lo tanto, no deberían volar. Lo bueno es que las abejas no han escuchado estas conclusiones así que no saben los límites que otros les han impuesto y, por supuesto, siguen volando desde tiempos inmemorables.
Los atletas, como las abejas, no deberían imponerse límites o barreras sobre lo que es posible. Podemos y comenzaremos a trascender nuestros límites y a ir más allá de los confines de nuestra estructura anatómica cuando aprendamos a estar en sintonía con el poder de nuestra mente. Es importante entender que la mente no puede ayudarte a ir más allá de tus limitaciones físicas reales, pero sí te ayuda a ir más allá de lo que tú crees son tus límites.
¿Cuántas veces dejamos de intentar algo porque alguna otra persona nos dice que es imposible, o muy difícil? ¿Cuántas veces dejamos de intentar algo porque pensamos que, si nadie lo ha hecho, yo tampoco puedo hacerlo? ¿Cuántas veces dejamos de intentar algo por miedo a fallar o a quedarnos en el intento o simplemente porque no lo hemos podido hacer a pesar de haberlo intentado? Esta vez te invito a que, en vez de aceptar pre-concepciones acerca de lo que puedes y no puedes hacer, te atrevas a soñar acerca de convertirte en un excelente atleta y preguntarte: «¿Y por qué no?”. Con esta pregunta como modus operandi en tu programa de entrenamiento, comenzarás a sumergirte en nuevas experiencias en territorios que antes temías.
Yo creo firmemente que el éxito deportivo radica en gran parte en tener la fuerza mental necesaria para sobreponernos a nuestros miedos, dolor y a estar fuera de tu área de confort. Todo esto suena muy bien pero, ¿cómo se desarrolla esa fuerza? ¿Es innata o se puede aprender?. Yo creo que, aunque algunas personas nacen con una mejor predisposición para esto, es algo que todos podemos aprender a desarrollar y si no lo hemos hecho es porque no nos tomamos el tiempo necesario para entrenar nuestra mente. Gastamos –tiempo y dinero- en equipo para entrenar, masajes, suplementos, entrenadores, etc. pero no invertimos en lo que es responsable del 90% de nuestra ejecución: nuestra mente. Recuerda que “toda la fuerza y los entrenamientos físicos no te servirán de nada si tu mente no está preparada”. A continuación te presento algunos pasos que pueden servirte para comenzar a entrenar tu mente y a alcanzar tus sueños.
1 FIJA METAS: Si no sabes a dónde vas, jamás llegarás ahí. Es importante saber qué quieres lograr ya que cuando las cosas se tornan difíciles, cuando estás cansado o no encuentras razón para seguir adelante, pensar en tu meta te ayudara a seguir.
2 PASOS: Ya que sabes qué es lo que quieres, es importante que sepas cómo llegar. Escribe tu meta de manera clara y positiva (evita las palabras “no”, “nunca”, etc), además de que tu meta debe ser medible (en vez de decir “quiero correr más rápido” di “quiero correr “x” distancia en “x” tiempo). Es importante que fijes metas de resultados (tiempo, lugar en alguna competencia), pero es más importante que fijes metas de desempeño, es decir, metas que estén totalmente bajo tu control (tu enfoque, tus pensamientos, tu técnica, tus entrenamientos, etc). Por último, además de tu “gran meta” es muy importante que fijes pequeñas submetas con las que puedes ir viendo tu progreso y reevaluar las cosas que tienes que mejorar.
3 OBSTACULOS EXTERNOS: Decía Napoleón que la victoria pertenece a los más perseverantes y es cierto. Durante el camino hacia tu meta te encontrarás con muchos obstáculos que están fuera de tu control. Quizá alguien te dirá que no puedes hacerlo, quizá el medio ambiente no sea el adecuado, etc. pero lo importante es que siempre recuerdes que si hay algo fuera de tu control no vale la pena gastar energía en ello. Controla lo que puedes controlar y lo demás tómalo como un obstáculo que te ayudará a ser más fuerte. Tendemos a ver los problemas como problemas y ahí es donde nos quedamos estancados. Si vemos, en cambio, los problemas como obstáculos encontraremos que donde hay un obstáculo hay un propósito, y donde hay un propósito hay un logro. Quien tiene un «para qué» encontrará siempre un «cómo”
4 OBSTÁCULOS INTERNOS: Estos están completamente bajo nuestro control y tienen que ver con lo que estás constantemente pensando o diciéndote (te des cuenta de ello o no). Muchas veces tendemos a decirnos “¡qué tonto!”, “está difícil”, “no puedo”, o nos auto sabotearnos con frases como “estoy cansado”, “mañana lo haré mejor”, “mañana empiezo a comer sano”, o con pretextos o excusas que nos ponemos y que utilizamos para convencernos de que dar menos de nuestro 100% está bien (“ayer no dormí bien”, “hoy hace mucho calor”, etc). Lo que es cierto es que lo que pensamos es lo que convertimos en nuestra realidad, así que si la mayoría del tiempo te estás repitiendo que “está difícil” pues, en efecto, lo que quieras hacer te será muy difícil porque tú así lo has establecido. Recuerda que tus pensamientos se convierten en palabras y tus palabras se convierten en tu realidad. Además, ¿a quién le gusta estar al lado de alguien negativo? El estado de ánimo se pega; evita estar con gente que solo se queja y conviértete en una de esas personas que solo tiene cosas positivas qué pensar y qué decir. Te aseguro que la vida te será mucho más fácil.
5 ENCUENTRA GENTE ÚTIL: Cualquier persona que te pueda ayudar considérala bienvenida y sé agradecido. Júntate con gente positiva, que crea en ti, que te ayude a lograr tus metas o que al menos no se interponga en tu camino hacia ellas. Recuerda que la gente insegura te dirá que no puedes. No los escuches pero tampoco los juzgues: es inseguridad lo que los hace hablar así. Tú sigue tu camino con pensamientos positivos y echa fuera de tu vida todo lo que se interponga entre tu meta y tú.
6 DISCIPLINA, CONSTANCIA Y CONSISTENCIA: “Roma no se hizo en un día” y lograr metas tampoco es tarea fácil, pero con disciplina y constancia todo es posible. Como ya lo mencioné anteriormente: “la victoria es de los mas perseverantes”.
7 SEGUIMIENTO –ESTILO DE VIDA: En esta fase lo que tienes que hacer es actuar para que las fuerzas de la costumbre anterior no te hagan caer. Recuerda que ser exitoso es un estilo de vida que está a tu alcance. Y, si dudas, solo recuerda tus éxitos anteriores, ataca con firmeza las nuevas “tentaciones” u obstáculos que puedan presentarse y repite los pasos que aquí señalé.
Recuerda que el éxito radica en hacer las cosas que están bajo tu control lo mejor posible. No en hacer lo que nadie ha podido, sino en hacer lo que cualquiera pudiera hacer pero la mayoría no se atreve a intentarlo. La gente de éxito es proactiva. No espera a que le digan qué tiene que empezar o a que un día, en una ocasión, mañana, si ocurre…la gente de éxito actúa, se adelanta para ver qué puede empezar y hace un esfuerzo extra para ir más allá de lo que se le pide. La gente de éxito hace que las cosas sucedan, no espera a que estas le lleguen de la nada
Alguien dijo una vez que la excelencia no es un acto, sino un hábito. Yo estoy de acuerdo con ello y, para concluir, te dejo con la siguiente frase que es de mis favoritas: “lo que has sido y hecho en el pasado determinó quien eres y cómo estás ahora. Pero lo que estás haciendo ahora determinará en lo que te convertirás en el futuro”
Adelante, Atrévete y comienza a vivir tus sueños.
Gracias por leerme. Recuerda seguirme en twitter (@terezacher), instagram (@insightfulrunner) y en mi pagina de Facebook (Tere Zacher/Atleta) para motivaciones y entrenamientos mentales durante el día.