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Sea cual sea la la razón por la cual pasó por tu mente comenzar a correr, fíjala en ella y cuando sientas que no puedes más, solo recuérdalo: ya tienes un sueño, un objetivo por cumplir, abrázalo, es tuyo, debes luchar por él porque no digo que sea fácil, te costará un gran esfuerzo como todo lo que vale la pena en esta vida.

Habrá momentos de frustración, de falta de aliento, de esfuerzo sostenido, aún con dolor no desesperes, la recompensa llegará, ya sea que te levantes a correr cuando el sol nace o decidas correr con la luz de la luna y las estrellas iluminando tu camino, sin importar el terreno ni tampoco el clima.

Es realmente maravilloso aprender a disfrutar de lo que nos ofrece la naturaleza ¿y por qué no? también las calles de tu ciudad e imponerte un nuevo reto cada día para festejar. Así que estás de pie, sintiendo, respirando, trotando, viviendo…porque siempre será infinitamente mejor el sabor de esforzarnos por lo que deseamos, que la amargura de aniquilar un sueño por falta de carácter. Llegará el momento que fluirás como el viento, gozarás de una verdadera libertad, todo vale la pena por ese momento en el que mente, cuerpo y espíritu entran en comunión, haciendo que te conviertas en una gran guerrera. 

Ten en mente que la batalla nunca termina, demuéstrate de qué estás hecha, mantén la mirada en el horizonte porque siempre habrás más y más kilómetros por recorrer.

Con cariño, Susana Sánchez