Mientras sigo mi plan de entrenamiento rumbo a mi querido y anhelado maratón, me doy cuenta que correrlo es más que simplemente una meta que cumplir. Varias amigas corredoras han puesto en sus páginas en las redes sociales que su estado civil es justo ese: “entrenando para mi maratón”.
Me daba risa y me parecía un buen detalle pero en estas últimas semanas esa frase ha ido cobrando sentido. Ahora entiendo por qué su estado civil pasó de ser esposas, o solteras, o divorciadas o viudas o cualquier otro que se les ocurra pueda existir, al de corredora entrenando.
Llevo ya 6 medios maratones y un maratón en mi haber; el de Chicago que fue mi debut en los 42K, nada se pareció a este nuevo reto y es que dos años después, soy otra corredora.
Tengo mucha más experiencia, un extra de locura y más pasión por mi deporte y ahora me encuentro en medio de mi plan de entrenamiento, con 6 semanas más que cumplir (ya pasaron 10 de trabajo muy duro y km recorridos) y descubro que mi estado mental y civil: es de corredora en entrenamiento.
Esto quiere decir que, como en una película, me encuentro casi poseída por esta pasión por correr!! Ja ja ! Pero no es una obsesión dañina, eso es lo que me fascina de correr.
Al contrario, se convierte en un círculo virtuoso que te obliga a poner mucha más atención a tu cuerpo, te hace consciente de lo que te llevas a la boca, de tus horas de sueño, de tu hidratación y de cómo manejas tus tiempos.
Yo trabajo, soy ama de casa, esposa y madre y estar entrenando para mis 42K implica manejar todos mis roles con mucha asertividad para tratar de estar en todo y digo tratar porque, aunque queramos, no somos todo el tiempo la mujer maravilla y de vez en cuando, también somos seres mortales que necesitan parar y respirar profundo.
Mis prioridades son claras así que el tiempo con mis hijos no es negociable entonces hay que sacar horas de donde sea y trucos para poder salir avante con el entrenamiento. A ver, ¿quién tiene tiempo de correr tres horas, si tres, el fin de semana? Y sin nadie que cuide a los peques? A Javi y a mí nos fascina correr juntos así que este pasado domingo tuvimos a unos queridos amigos de visita y nos las arreglamos para que se quedaran en casa cuidando a los peques mientras él y yo corríamos nuestros 29km…UFFFF!
Pero este círculo virtuoso del que les hablaba tiene sus bondades; nada se compara con la sensación de completar las carreras largas; aprendes a amar la pesadez en las piernas que al final se sienten como plomo. Agradeces todo lo que tu cuerpo y mente fueron capaces de hacer y entonces, de nuevo, te sientes la mujer maravilla.
Este estado civil es maravilloso; te obliga a romper con falsas creencias, miedos e inseguridades. Saca lo mejor de tí, te regala endorfinas, te da una enorme sonrisa y varias lágrimas.
Descubrí además que me merezco pedicure y masaje bastante más seguido de lo normal.
El reto no solo será cruzar la meta sino lograr que este estado me acompañe siempre; que la garra y la pasión no se vayan y se traspolen a otros aspectos de mi vida.
Estoy segura que ser maratonista me hace ser una mejor versión de mi misma y amo esa sensación.
Yo, como tú, soy corredora.
CoachM
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