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Mi nombre es Ara Ruiz, soy tapatía y tengo 27 años. Estudié Mercadotecnia y trabajo en exportaciones. Soy la menor de 3 hijas y soy felizmente casada, prácticamente desde los 13 años empecé a correr todos los días en un parque cerca de mi casa, pero desde hace 5 comencé a participar en las diferentes carreras de Guadalajara y otros lugares.

Lo que más me gusta de este hermoso deporte es poder hacerlo a la hora que sea en el lugar donde me encuentre, solos mis tenis y yo, pero debo de aceptar que correr con mi equipo es mucho mejor. Pertenezco a Runners Plus Gdl desde hace más de 2 años y el hecho de compartir con mi familia y mis amigos los kilómetros me ha hecho más fuerte personal y físicamente. Mi familia es mi motor para cualquier actividad y más en mis carreras donde siempre me apoyan, me esperan en la meta y después, todo se los dedico a ellos.

En estos 5 años he participado en varias carreras en diferentes lugares y distancias, cada una de ellas es especial, cada una tiene una historia diferente y aunque sean de las mismas distancias he tenido experiencias que no las cambio por nada. He tenido la oportunidad de ganar en algunas, obvio es en las que no compiten las corredoras elite y sé que hay muchas más buenas corredoras que yo, pero en esas ocasiones he tenido la fortuna y la bendición de ganar y es un sentimiento muy lindo ver tu nombre entre los primeros 3 lugares.

Por eso, les contaré mi experiencia en mi primer medio sin saber que lo iba a correr, justo aquí en Guadalajara, ese día por la mañana me desperté a entrenar en el parque donde siempre solía hacerlo y terminando pasaría a apoyar a mi amiga que correría el maratón de Guadalajara, yo llegué justo a verla en la mitad del maratón y como estaba con ropa deportiva porque ya había corrido, dije: «acompañaré a mi amiga hasta la meta». Nunca pensé lo que me esperaba, creo que fueron más de tres horas, no supe el tiempo y llegamos a la meta, todos mis amigos nos vieron al final pero no me creían que había hecho mi primer medio y me sentí muy bien pero en la tarde ya no podía más, estaba muy aporreada, juré nunca más correr medio maratón, pasaban los días y yo seguía entrenando como siempre y participando en distintas carreras.

Después de ese medio he corrido más de 15 y llegó un día en el que con un proyecto de todo el equipo, me inscribí al maratón de Querétaro 2012, seguí un plan por más de 3 meses y me costó mucho pero nunca lo abandoné, a pesar de que juré nunca volver a correr tanto. Llegó el gran día y justo estaba ahí en la meta con toda mi familia completa: mis papás, mis hermanas, mi novio y algunos de mi equipo que también debutarían en el maratón y otros nos acompañaron a las porras. Éramos más de 12,000 corredores que participamos en todo el evento, yo sentía que mi corazón salía de mi cuerpo, tenía todos los sentimientos en ese mismo instante, mi familia me dio la bendición y las buenas vibras de todos, se escuchó el disparo de salida y comencé a correr. Lo debo admitir, me moría de miedo y no sabía qué tanto podía pasar en 42.195 kilómetros y cada vez era más fácil y me involucraba más en la carrera, miles de personas salieron a las calles a apoyar y yo continuaba, todo estaba bien hasta el kilómetro 31 que empezó el cansancio y el calor y todo, ahí comenzó mi carrera mental, sabía que le había prometido a muchas personas que llegaría a la meta y a mí misma, llegué a pensar «que loca estoy, que hago aquí», pero el apoyo de la gente que ni siquiera nos conocía y se despertó a apoyarnos, el de mis amigos que iban conmigo y de Dios me dio más fuerza y valor y continué. Creo que un maratón no se sabe lo que es hasta que lo vives en carne propia por mucho que te cuenten las experiencias lo tienes que hacer por lo menos una vez en la vida. Hice más tiempo de lo que tenía planeado, aunque en realidad no es un factor muy importante, si me gusta mejorar mis tiempos pero me gusta más disfrutar las carreras, más de 5 horas y por fin, a lo lejos veía la meta y sabía que mi familia me estaría esperando y todo mi equipo.

 

Escuché cuando me acercaba que repetían mucho mi nombre pero ya solo quería llegar a la meta y levantar los brazos, volvieron todos los sentimientos a mí, todo el recorrido fue como una película de mi vida, iba recordando cosas ocurridas durante años atrás y recientes, al llegar a la meta estaban todos esperándonos y lo mejor fue que mi novio que también había corrido el maratón y terminó antes que yo,  estaba justo ahí, en la meta hincado con el micrófono de los organizadores y comenzó a hablar… ¿amor te quieres casar conmigo? …… ¡y me entregó el anillo de compromiso!

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Yo estaba impactada y no pude responder nada más, solo lo abracé y lloré y veía a toda la gente de nuestro alrededor llorando y feliz con nosotros. Creo que Eder hizo una de las mejores propuestas en la vida y a mí me sorprendió mucho más, aparte de inscribirse 3 días antes al maratón y también correrlo, eso hizo mi primer experiencia en maratón la mejor de mi vida, con toda mi familia reunida, obvio él ya les había dicho a ellos y a algunos de mi equipo, tardé minutos para reaccionar y creer lo que estaba pasando, veo las fotos de ese día y se me pone la piel chinita. Nunca lo voy a olvidar.

Dios me ha permitido vivir muchas experiencias en diferentes lugares, me gustó mucho una carrera en México que recorría calles históricas, también los medios maratones de puerto Vallarta porque es un lugar muy especial para mí y para mi esposo aparte de ser su lugar de origen, ahí nos conocimos y ahí nos casamos 4 meses después de la propuesta en la meta. Otra experiencia increíble fue correr en Los Ángeles, California y que mi familia de allá me acompañara y me esperara en la meta. Otras carreras que tengo muy presentes son las que he corrido con mis amigos que están en silla de ruedas, unos pueden correr con su silla, pero otros les he ayudado a cruzar la meta yo llevándolos y es más esfuerzo pero más recompensa porque cruzamos 2 corazones al mismo tiempo. Y mi segundo maratón a pesar de jurar no volver a correr tanto, lo volví a lograr y lo mejor fue cerrar la carrera corriendo con mi esposo, mi papá y mis dos sobrinos en sus carriolas y toda la porra de mi equipo y mi familia apoyándonos en todo el camino.

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A principios de 2014 me invitaron a participar en un ultra de 50 kilómetros y la verdad me quede pensando por varios días y decidí correrlo primero porque sabía que era en mi ciudad con toda mi familia y mis amigos no me iban a dejar sola en ningún momento, igual que en mis otros dos maratones, días antes mi esposo se inscribió y corrió conmigo, fue un día que jamás olvidaré, mi meta era lograr que más de 50 personas fueran a apoyarme, por mucho lo superé: amigos y familia que tenía mucho tiempo sin verlos y otros que siempre están conmigo, en cada paso y cada kilómetro aparte de mi esposo, nunca nos dejaron solos, ellos se organizaron y creo que eso fue lo que me ayudó a llegar a la meta del ultra. Y la verdad es que nunca te imaginas lo que puedes lograr si no lo intentas y pones todo tu corazón, alma y cuerpo y obviamente, entrenando para ello.

Hace días recibí la mejor noticia, justo el 15 de julio después de entrenar, revisé mi correo y la página de Soy Corredora y vi los resultados de la trivia que un día antes hice para correr el maratón de Berlín. ¡Yo era la ganadora! la verdad que desde que vi la convocatoria dije lo intentaré y participaré, hoy puedo decir que solo estoy esperando ese día para cruzar la meta, como siempre se los digo con los brazos arriba y una sonrisa, estoy entrenando y preparándome mentalmente, sé que no les voy a fallar y sé que los dedicaré igual a todos los que siempre están conmigo, mi gran día será el 28 de septiembre del 2014 en Berlín. Mil gracias a Soy corredora y a adidas, nunca olvidaré esta experiencia y todo lo que estoy viviendo. Eternamente agradecida.

Tengo muchas historias en cada meta y en cada recorrido pero lo que si les puedo compartir es que en mi caso, si no ofrezco y dedico cada una de mis carreras no me valen y no me gusta llegar a la meta sin compartir mis pasos y mis recorridos, siempre a Dios, a mi familia, a mis amigos y a los enfermos. Nunca me hubiera atrevido a correr ya dos maratones, un ultra maratón y todas las carreras sin el apoyo de la gente que cree en mí y confían que siempre me verán sonriendo en la meta.

Me encanta la frase: un corredor debe de correr con sueños en su corazón.

Ara Ruiz

Guadalajara, Jalisco

17/Julio/2014

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