Nunca me pasó por la mente ser una corredora, y menos una nadadora y mucho menos deseaba ser triatlonista y mucho menos a mi edad.
Soy mamá de dos: ahora de 9 y 11 años y tengo 46 años. Empecé a correr cuando mi hijo, el menor, entró a la primaria. «Ya era momento de dedicarme un poco de tiempo», me dije. Pero la sorpresa fue que por sobrepeso, una de mis piernas se dormía después de correr.
Imaginen la historia de visitas a los traumatólogos, el que te dice que te tienen que operar, el que no te da pastillas para no sentir nada, o el que te dice que ¡ya no!, que no es posible que hagas algún deporte, solo caminar. No me rendí, estoy a favor de la medicina alternativa y me topé con un doctor que me dijo: «¡sí! efectivamente usted está mal de su columna, y tiene que bajar de peso y si elige correr como algo que le gusta, pues hágalo pero al otro día va a nadar». Y así lo hice, pesaba 74 kilos y ahora peso 56, estoy feliz, fuerte y con mucha más energía que cuando no hacía nada.
Empecé yo solita, buscando cosas en internet de cómo hacer los entrenamientos. Este año hice mi primer 21K y soy la mujer más feliz, deseando hacer un maratón, comprarme una bici y estar en un equipo de triatlón. Y además feliz por dejarles un ejemplo a mis hijos de que todo, todo se puede si se quiere. Amo Correr.
Karyna Salmeron