donna

Correr tal vez no alargue nuestra existencia, el tiempo perdido duele, así que no vale la pena perderlo más, si la vida es tan corta y maravillosa al correrla se hace apasionante. Deja los kilos que te quita de encima y la salud de hierro que te da, te otorga un camino propio. Muchos solo ven las apariencias, que si estás muy gorda o muy flaca, que cuál es tu tiempo y no se qué, mientras uno ya regresó de sentir la sangre caliente y los sueños vivos, dejando atrás dolores físicos y espirituales, uno ya tuvo su dosis de curación diaria, ojalá todos lo vivieran.

Después de mi primer bebé mi vida cambió maravillosamente, todo fue nuevo, se renovaron mi fe y mis alegrías, los colores del mundo me iluminaban, aunque por otro lado yo estaba tan diferente y cansada, absorbida por mi nuevo rol de mamá, con mi cuerpo tan rechoncho, con una visión deformada de mi misma, me agobiaba yo sola, aunque en mi vida seguía normal no me sentía cómoda conmigo misma, a esa del espejo no me gustaba mirarla.

Pasó el tiempo y yo igual, hasta que puse cartas en el asunto, quería  bajar de peso, por lo cual me metí a clases de zumba y me empecé a sentirme más equilibrada, corrí algunas veces con mis compañeras de trabajo, honestamente no me gustó, me sentía pesada y lenta, me dolían las rodillas y solo de pensarlo, ya me quería regresar, rehuía cuando podía, iba solo por compromiso, de veras me dominaba mi pereza.

Y se armó la primera carrera, fuimos mis compañeras y yo a la carrera Avon del 2006, 10 kilómetros, creo que ni las encontré, pero estuve tan impresionada de ver a tantas mujeres corredoras ahí mismo que eso me animó mucho, por supuesto que no iba muy preparada, pero la corrí, y la corrí en serio, bueno tal vez mi paso no se notó entre millares, pero me enganché, vi las calles, vi mis piernas, vi el cielo, y surgió para mí una nueva oportunidad, de ser yo misma, de dar lo mejor de mí a mi familia siendo otra vez yo, pero en versión mejorada.

Le agarré cariño a correr, lo incluí en mi vida poco a poco, me gustaba inscribirme a carreras de 5 y 10 kilómetros, eso me mantenía a flote en ese mundo maravilloso que me hacía sentir bien conmigo misma y ser un buen ejemplo para mis niñas, estar saludable, sentirme poderosa y hasta ganar mis medallas. Pero un buen día se me antojó correr un medio maratón, con muchas dudas me lancé a inscribirme, quise lograr un reto más, aun sabiendo que mi entrenamiento nunca ha sido formal, que solo voy al bosque a disfrutar cada zancada, cada árbol, cada mañana, que ni siquiera mido tiempos, y que mis horarios son muy reducidos, de todos modos me aventé.

No pude haberlo disfrutado más, mi primer medio maratón fue el del Día del Padre este 2013, que nervios sentí cada vez que pasaba un día y se acercaba la fecha, me presionaba a correr más y más para aguantarlo, no tuve miedo, ¡tuve pavor! cuando me vi en mi fila de arranque, casi creí que me iba a retirar en ambulancia, corrí tanteando el camino tooodo el camino, admirada de mí por estar ahí y haberme escuchado, maltratando a cada paso a la pereza, amando a la gente que echa porras, porque aunque uno vaya callado y concentrado va con el corazón feliz y agradecido por la oportunidad que tal vez otros no tengan o simplemente no se la den, de verdad que insufrible que insuperable es estar así.

Correr 21 kilómetros para muchos puede ser de cada fin de semana, para otros tal vez no signifique nada, para mí cambió mi vida, porque observé que el proceso de preparación es largo pero a la vez te estas convirtiendo en  una persona más saludable y más fuerte, llegas a tu meta y te das cuenta de que pudiste, de que puedes y te sientes campeona de ti misma. Fascinante el running, creo que si esa distancia me alocó, me reactivó y me dio una meta preciosa, me quitó el miedo a un maratón, será genial, y me gustaría mucho correrlo, seguir mejorando mi vida, y disfrutándola a cada paso. No había dado el paso mentalmente pero ¡ya! Tenía esto guardado en mi corazón, cuando leí aquí tantas historias de corredoras, me animé a compartirlo y  por primera vez lo asumo y lo celebro: ¡Soy corredora!