Siempre tuve la afición por los deportes, pero fue en el año 2009 que encontré mi verdadera pasión. El correr lo hacía todos los días, en el gym o en la calle, pero era inconstante por los días que me iba de pachanga y el alcohol interfería y al día siguiente era imposible entrenar. Así que un día decidí dejar lo que me impedía poder inscribirme a una carrera en domingo y poder correrla sin problemas. Mi primera carrera fueron 7K, recuerdo que me levanté fresca y con muchas ganas, pero al cruzar la meta me propuse a entrenar duro para subirme al pódium. Pasaron cinso meses e hice mi primer medio maratón en Guadalajara, sí, lento pero con una satisfacción enorme de haberlo logrado y me surgió otra inquietud al finalizar: el Maratón.
Pasé por muchas carreras, otro par de medios maratones hasta que el día de la gran prueba llegó: correr el Maratón de Guadalajara. Aún recuerdo ese día los primeros kilómetros de felicidad y los últimos kilómetros, también de felicidad. Pensaba si era normal, ya que habían dicho varios comentarios en los que me aseguraban que iba odiar el maratón, pero ese día me encontré con mi distancia favorita: 42K. Los últimos años los he dedicado a entrenar, a soñar y a cumplir mis sueños. Así como en mi primer carrera pensé en un podio, he tenido la satisfacción de estar en él en mi distancia favorita el año pasado en Kona, Hawaii obteniendo el segundo lugar de mi categoría 25-29 años y en tres ocasiones más en carreras de 10K. Desde el día que decidí aprovechar mi pasión por correr he logrado mis sueños que en un principio me propuse, y hasta el día de hoy no terminan.