Mi nombre es Dulce, soy mamá de 3 niños y una niña arcoíris, viuda y orgullosa corredora.
Hoy hace un año, perdí al amor de mi vida en una cirugía de corazón abierto. Y hoy quiero agradecer a mis hermanas: Estela, Heidi, Ana y Mónica que por diversas enfermedades como fibromialgia, lumbalgia, neuralgia, etc., empezamos a correr.
Heidi fue la que inició, la que nos invitó, la que nos motivó. Empezó con las carreras de 5k, 10k, 15k.. y poco a poco fuimos compartiendo su gusto por correr, viendo resultados, sintiéndonos mejor, disminuyendo el consumo de medicamentos e incluso, eliminándolos. Además correr nos ha unido más porque aprovechamos para vernos, ya que estamos en ciudades diferentes: Torreón, Saltillo y Monterrey.
Correr no solo se convirtió en un motivo de reunión, sino de reto y motivación entre todas.
El año pasado, perdí mi folio para la carrera de 15k Gatorade en Monterrey, ya que estuvimos 3 semanas en el hospital en la Ciudad de México. Antes de que mi esposo falleciera nos prometimos que más que nunca, cuidaríamos nuestra salud y le daríamos prioridad a este maravilloso deporte. Y le dije que no serían 15k, sino medio maratón.
Una semana después de que falleció, me enteré que estaba embarazada, llego la niña que siempre quisimos, Sarah, un arcoiris después de la tormenta.
Por indicaciones médicas no pude correr durante el embarazo sino hasta después de 3 meses de su nacimiento. Así que solo tuve mes y medio para poder entrenar. Y no era cualquier carrera, era una promesa por cumplir.
Era la primera de muchas que prometí, además de cuidarme, amarme, ser feliz. Por mi, para mi, para mis hijos, para mis hermanas, para mis papás, para todos los que nos quedamos y para él que ya no está.
Hermanitas: gracias por correr conmigo, gracias por nunca soltarme, gracias por sostenerme en cada caída, en cada tropiezo, en cada respiro, en cada momento de la carrera y de mi vida.
Gracias porque cuando mi corazón se rompió, cada una sostuvo un cachito de él.
Gracias por amarme mucho.
Gracias por acompañarme en este trayecto tan difícil de mi vida, y por ayudarme a cruzar la meta y cada uno de mis sueños.
Gracias a la vida por mis hermanas corredoras.
Dulce María García Alvarez