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Hace mes y medio decidí correr mi primer maratón en Mexicali B.C, la verdad es que tenía miedo de ponerme una meta como esta, porque yo veo a todos los que ya han pasado por esa experiencia y parecen corredores fuertes y profesionales.

En mi caso, tuve un accidente hace unos años que me dejó con una lesión crónica en las cervicales y mi médico me tiene prohibido realizar cualquier tipo de actividad deportiva (nadar, ciclismo, crossfit) para evitar el dolor lumbar, porque cuando realizo actividades de mucha fuerza es un dolor insoportable. Así que solo me permitió correr, pero recreativamente y no a nivel competitivo, me hizo ver nunca tendré comparación con alguien que no está lesionado, en mi caso no puedo dar el 100% como ellos, y que si decido hacerlo, sea por disfrutar y no sufrir los trayectos en cada carrera.

Todo lo he canalizado absolutamente en correr, actualmente es la actividad que me hace sentir viva y en el que puedo compartir mi pasión cuando algo me gusta, pero sobre todo, poder disfrutar de todo el equilibrio físico y emocional que te da. A veces nuestros amigos y la familia que nos rodea, lo ven como una total locura despertarte a las 4:30 am para entrenar porque entras a trabajar a las 8:00 am y no creen posible que uno haga eso casi toda la semana. Pero lo que ellos no ven es que cada entrenamiento te da una razón para estar de pie, para creer y confiar en ti mismo y para recordarte lo viva que estás y valorar las segundas oportunidades que te da la vida, tal vez no al nivel como quisiéramos, pero si con una gran virtud practicar uno de los mejores deportes que puede existir. Cada trote, cada respiración, cada kilómetro me da muchísimo más de lo que pudieran imaginar. Mi corazón se llena de completo oxígeno, vida y amor.

Llevo 2 años corriendo aproximadamente, empecé agarrando condición en el parque cerca de casa, caminando 1 hora en promedio. Al mes y medio empecé a trotar los 30 min seguidos, hasta que un día una de mis primas me invitó a participar en una carrera de 5K que me gustó y luego salté a 12K, 16K y de ahí a planear correr y terminar un medio maratón y ya van siete que hago.

De estos dos años, llevo uno que me integré a una comunidad de runners, que más bien son una familia, es tal el apoyo, la motivación y la calidad humana, que te hacen sentirte como en casa y que cada vez te entre la curiosidad de querer más y más. Hace un mes y medio estábamos en uno de los entrenamientos de distancia, íbamos a entrenar 20K y entre las pláticas y el calentamiento hablaban de los que participarían en el Maratón Gobernador en Mexicali y entre ellos, había dos compañeras que se estaban preparando para correrlo por primera vez. En ese momento ni me pasaba por la mente planear correrlo, pero justo en la plática una de ellas voltea y me dice: “Yaya anímate a correrlo”, y la verdad es que yo quería hacer uno el próximo año y fuera de la ciudad, quería irme al Maratón de la Ciudad de México, pero mi compañera insistió y me volvió a decir: “Yaya anímate” , en eso volteó con mi entrenador y le preguntó: ¿crees que esté lista para correr un maratón? Y me responde: «¿tú crees que estás lista?» Y mi respuesta en automático y sin dudarlo fue; “absolutamente sí”, pero la realidad es que sabía lo que implicaría decir un Sí.

Desde ese instante me dio indicaciones, debía olvidarme de participar en cualquier tipo de carrera, dejar de asistir a reuniones. Por mi lesión en las cervicales lo primero que hice fue acudir con mi doctor que ha llevado lo de mi rehabilitación y el que me cuida de que todo esté bien y pueda seguir realizando actividad deportiva. Mi doctor me hizo ver la responsabilidad de lo que implicada correr 42k, me dio un plan de entrenamiento para fortalecer la espalda y las piernas que sería prácticamente el objetivo, tenían que llegar al día de la competencia fuertes para evitar cualquier lesión.

Me realizó también un examen de composición corporal y me indicó que debía bajar de peso, para que el día del maratón fuera con el cuerpo lo más ligero posible y aguantar todo el trayecto sin problema. Me dio un plan de nutrición, que incluía desayuno, comida, cena y bebidas para hidratación (smoothies, té, jugos verdes, licuados). Y creo que aquí fui consciente de la  responsabilidad y disciplina que debía tener si quería lograr mi meta. Lo que seguía era enfocarme completamente en entrenar, plan de nutrición, dormir bien, no excederme en eventos sociales ni en carga de trabajo, esto duró 6 semanas, donde me despertaba a entrenar a las 5:00am seis días a la semana, algunas veces entrenaba por las tardes acompañada y los fines de semana eran dedicados a la distancia.

En algunas ocasiones, dependiendo del entrenamiento que me tocaba, le pedía a uno de mis amigos que me acompañara a entrenar 5k o 10k y eso me motivaba más porque los hacía parte de mi meta y el trabajo en equipo es lo que mejor trae resultados. El tiempo pasó súper rápido, hubo 3 entrenamientos que realicé en trail de 20k, 25k y el último de 35k, que prácticamente era el que me iba a indicar cómo se sentirían mis piernas después de recorrer esa distancia, y a pesar que me fui a paso lento, trotanto y caminando, los pude terminar entera, por lo menos y ya sabía que en 35 me había sentido bien y mi cuerpo sí los resistía.

Se llegó el fin de semana del maratón, empecé con muchos nervios y me empezó a doler todo, pero supongo que era por el hecho de lo que se venía al día siguiente, mi mayor reto y prueba de lograr correr los 42k.

Yo resido en Tijuana, así que un día antes nos fuimos a Mexicali en transporte del IMDET varios de los corredores que participaríamos en el maratón, y desde ahí empezó la gran fiesta, porque te dabas cuenta que no eras la única que iba por su primer maratón o que iba nerviosa o con la expectativa de lo que pudiera pasar, prácticamente iba con la familia de corredores que siempre compartimos experiencias.

Uno de mis mejores amigos acababa de participar en su primer maratón en Guadalajara y desde el primer día que decidí correrlo, me dijo que él me acompañaría y que me ayudaría a que llegara a la meta y cumplir mi sueño de ser maratonista y prácticamente así fue, desde el inicio se fue conmigo y la verdad es que soy una mujer afortunada y OFICIALMENTE MARATONISTA, puedo decir que disfruté el trayecto completamente, iba contenta de sentirme entera y sin dolor en la espalda ni en las piernas, pero sobre todo de las porras en el camino, creo que eso me animaba más el «vamos Yaya», levantar la mano, saludar, ver a los demás con una sonrisota, tomarnos fotos, animarnos y nosotros también echar porras y darnos cuenta que poco a poco íbamos avanzando. Disfruté cada kilómetro como no tienen una idea.

No paramos en todo el trayecto, solo aflojar las piernas porque de plano ya resentían la distancia. En el kilómetro 37 mi hermana menor me estaba esperando para correr los últimos 5k hasta llegar a la meta, en el 38 entré en crisis de pensar en «ya no puedo, me duelen las piernas», pero creo que era más el hecho de no creer que estaba a 4k de llegar y cumplir mi gran reto y sueño.

Me entró la nostalgia y los flash backs de días previos al maratón y estar ahí logrando lo que más deseaba (casi chillo). Seguí avanzando a trote más tranquilo, solo escuchaba a mi hermana y a mi amigo decirme: «ya falta poco», «ya casi» y creo que han sido los dos últimos kms más eternos, pero los que viví completamente con el corazón.

A la meta llegamos contentos, mi amigo voltea con mirada fija, me agarra de la mano y me aprieta fuerte para decirme “YA ERES MARATONISTA” y en eso yo le digo a mi hermana: «dame la mano» y gritamos con euforia: «Lo hicimos, soy maratonista» viéndonos a los ojos súper felices y disfrutado cada paso. Si me quedo con algo de este día, es justo con la llegada en la meta. ¡Lo vivimos a máximo.!

A dos días de haber corrido el maratón, mis emociones están a flor de piel, estoy súper contenta, aun no creo que haya tenido la fortaleza de correr 42k sin parar con todo y mi lesión en las cervicales, no tienen una idea todo lo que te da decidir realizar una meta como esta, te sientes con tanta vida, tan feliz, tan llena de bendiciones y de amor y recibir tanto apoyo y tantos apapachos, que definitivamente dices que vale la pena luchar por lo que más desea tu corazón y ¡una lesión jamás será una limitante para cumplir una meta! Soy OFICIAL SOY MARATONISTA.

Yaya Sánchez