¿5k, cómo crees?, si yo no corro ni una esquina, esa fue la frase donde comenzó todo, el cambio de mi vida, que muchas veces ni yo misma me doy cuenta de lo mucho que he alcanzado, han sido años de sacrificio, de persistencia y a veces de sufrir, ¿por qué no decirlo?, pero también ha sido tiempo de mucho aprendizaje.
Empecé corriendo carreras de 5 km, luego siguieron las de 10 km y cuando me di cuenta ya estaba embarcada en el entrenamiento para mi primer Ironman 70.3. Todo iba muy bien hasta que me di cuenta que a lo largo del entrenamiento, al sentir que hacía muchísimo ejercicio, me había dado demasiados permisos para comer lo que fuera. Llegó el día, todo salió bien, terminar la prueba era mi meta y lo logré, ¡pero también gané 7 kilos!
Al hacer conciencia de que no iba por el camino correcto, me puse las pilas, hice cambios en mi alimentación, luchando con mis antojos, pero al paso de los meses, me fui poniendo en mejor forma.
Han sido años llenos de cambios, de sorpresas, de lecciones, de momentos difíciles, de días tristes, de días llenos de luz, momentos de la vida personal muy difíciles, pero sobretodo, años de aprendizaje, de crecimiento, cada segundo ha valido la pena, lo bueno se recuerda, lo malo se supera, cuando en la vida no tienes otra opción más que ser fuerte, se vuelve una obligación, cuando se recuerdan los momentos que han pasado a lo largo de todo este tiempo, hay una gama interminable de colores en todos los tonos posibles y todo se resume a fuerza, dedicación, disciplina pero sobretodo a pasión, la pasión que nos hace aguantar esos días de pocas horas de sueño, tantas reuniones pérdidas, tantos amigos que se sienten seguramente abandonados, tantas copas de vino sin tomar, tantos postres sin disfrutar, tantas cosas que se cambian por este estilo de vida que decidí llevar, tren de vida a veces difícil, a veces incomprendido, y muchas veces muy sacrificado, siempre he pensado que las cosas que valen la pena cuestan, cuestan esfuerzo y sacrificios, y es así cuando al lograrlas dejan un mejor sabor de boca.
Lo fácil cualquiera lo hace, lo difícil, tarda un poco más, pero se puede lograr, a lo largo de este camino he tenido innumerables muestras de cariño, de apoyo, de fe en mi, cada día que pasa me encuentro por mi camino gente de luz, que me dan fuerza y empuje, gente que me demuestra su cariño con cada detalle, los llamo mis ángeles de carne y hueso, ellos saben quiénes son, amigos, conocidos, gente que ama el deporte tanto como yo, gracias infinitas a cada uno.
Hoy me siento una Fedra diferente, he cambiado físicamente, es verdad, he logrado cosas que a lo mejor nunca imaginé, pero la esencia no se pierde, ahí está, y hoy me doy cuenta que siempre he sido fuerte, solamente no había sabido sacarlo a relucir, muchas veces un camino puede cortarse, pero como en los laberintos siempre habrá formas diferentes de llegar a nuestro destino, ahí nos volvemos más inteligentes, más observadores, más intuitivos y eso, finalmente, nos lleva al lugar a donde queremos llegar.
Hoy con 3 Ironmans 140.6, 7 Ironmans 70.3 , 7 carreras de 21 km, 3 maratones, 1 ultramaratón 50km y muchísimos triatlones de distancia olímpica, solo me queda dar gracias a la vida y a Dios por haberme puesto en este camino.
En la vida no nos toca más de lo que podemos superar, si nos lo mandan podemos con eso y con más, hoy me siento bien, me siento feliz, me siento cobijada, acompañada, hoy me doy cuenta una vez más de lo grandioso que es creerse capaz de algo, si lo piensas es posible, hace casi 6 años jamás me hubiera imaginado ser protagonista de esta historia, hace casi 6 años con varios kilos de más y mucha fe en mi, de menos me hubiera parecido un chiste verme hoy.
Hoy me siento completa, me siento fuerte, miedo siempre hay, solo es cuestión de canalizar toda esta energía para lograr el objetivo final, soy de hierro y la vida me forja, soy mamá, soy mujer, soy amiga, ¡soy cada día una mejor versión de mi!
Fedra Vázquez