Soy Beba Nuñez Holguin, tengo 21 años estudiante de psicología y tengo un club de nutrición, vivo en Santa Cruz, Bolivia.
Me encanta correr, salgo en las mañanitas a la cancha de mi casa y algunas noches al cambodromo con mi novio o con mis amigas. Al inicio me costaba respirar cuando entrenaba, me dolía la cabeza y el corazón me palpitaba a mil, ahora me siento tranquila y relajada, me gusta salir simplemente de tenis, polera y calza, no llevo audios por voy a conectarme conmigo misma.
Creo que es uno de los deportes que permite que uno se sienta en su interior y haga contacto con ese cuerpo físico fuerte que está dentro de cada persona. Siempre tuve miedo de correr porque mi mamá me lo impedía, decía que era peligroso salir por ahí, que habían mejores cosas que hacer en casa o cosas por estilo. Hoy sé que es una fuente de energía, me ayuda a que despeje la mente en esos momentos críticos en los que estoy a punto de perder los estribos, me ayuda más aun cuando estoy con muchas cosas por estudiar, me ayuda cuando estoy desvelada y en modo zombi, como decimos mis amigas y yo, porque salgo, corro, regreso, una buena ducha, un rico desayuno y pilas para continuar con la rutina diaria.
De empezar a correr en la canchita del barrio, salir y correr carreras pedestres y que ahora uno que otro me diga: «¿Qué onda? nunca te vi correr» Bueno, pues les digo que siempre tuve una alma de corredora y ahora más que nunca, en las últimas carreras me he dado cuenta que con quien se lucha no son los kilómetros por correr, ni siquiera con el cansancio físico, la sed o las piernas flaqueando, las ampollas en los pies, o el dolorcito en el tobillo incesante, con quien se lucha es con ese interior que por ratos flaquea y te dice ya no más, que te hace decir «esto fue todo, la próxima no participo»; es ahí donde sale una fuerza que no tengo idea de dónde, esa que te grita que puedes más, que puedes seguir sin parar y es entonces, donde empiezas a dejar atrás a quienes partieron contigo, y cuando sonríes y ves que algunos con el doble en tamaño y seguramente en fuerza van quedando lejos, es cuando yo veo que MI HEROÍNA SOY YO.
Soy corredora e invito a que te unas.
Besos y saludos desde Santa Cruz de la Sierra