Quizás lo que me enamoró de correr fue la libertad. La completa libertad de poder ser yo misma, sin reglas, ni admisiones, sin una membresía a ningún club, enfrentándome a mi único oponente: mi mente.
La libertad de encontrarme en cada una de las carreras, de enfrentarme a mis miedos y frustraciones de manera directa y deliberada, de conocerme y entenderme con cada zancada, de perderle el miedo a absolutamente todo, pero sobre todo, el miedo al control, ese control que inevitablemente te habla cada vez que quieres tomar alguna acción, que te frena e incluso a veces te impide seguir tus deseos.
Y una vez que tu mente llega a este espacio de levitación y completa felicidad y adicción al dolor que conlleva la recuperación después de un buen long run, disfrutas también de otros aspectos que este increíble deporte te da y encuentras en él el amor propio, hacia tu mente y tu cuerpo. Y es que no hay una manera más increíble que honrar tu cuerpo que a través del movimiento, agradeciéndole con cada gota de sudor todo lo que hace por ti. Corre porque tienes salud, porque tienes un cuerpo fuerte y sano, porque tienes dos piernas. Corre porque te amas, porque amas ver cómo te conviertes cada día, tras cada corrida, en una mejor versión de ti misma.
Claro que correr para mi no fue algo nato, al principio me costó, y me costó bastante, hasta que logré pasar la ya famosa “barrera del corredor” y después de ahí no pude parar. Pero en el trayecto me apoyé en las historias y palabras de algunos de mis autores favoritos, corredores y ultramaratonistas que me inspiraron e impulsaron a dar siempre más, a querer más, a no dejar que la mente me ganara.
Correr es un deporte que practicas con el cuerpo, pero sin duda es algo que dominas con la mente. Y creo fervientemente que si no la entrenas a ella también, habrá carreras que no podrás completar. Lo increíble de la meditación es poder alcanzar un estado superior de conciencia donde liberas la mente de toda atadura corporal. Correr involucra tantos elementos y movimientos físicos del cuerpo con tal sincronización y repetición que una vez que logras dominarlos, puedes lograr alcanzar este estado meditativo perfecto. No siempre sucede claro, como todo lo bueno, llega sólo de vez en cuando, pero cuando pasa puedo sentir y pensar con una total y completa liberación y profundidad incomparables. El tiempo deja de ser lineal y el espacio supera las reglas físicas. Una intoxicación y viaje psicodélico inducido, una especie de nirvana del más alto nivel.
Así que a continuación te dejo una lista de los libros que más me han ayudado en mi camino como corredora, no sólo porque algunas de estas historias son de completa inspiración, si no también porque he encontrado en estos libros los métodos para lograr dominar la mente, que si bien cuando vas en los últimos kms de una carrera y el cuerpo quiere rendirse, es ahí donde el verdadero trabajo comienza y la carrera se vuelve únicamente contra tus propios pensamientos.
Para dominar la mente:
El Poder del Ahora by Eckhart Tolle
Deja de ser tu por Joe Dispenza
The Untethered Soul by Michael A. Singer Tapping the Power Within by Iyanla Vanzant Behave by Robert M. Sapolsky
Para inspirarte y salir a correr:
Eat & Run by Scott Jurek
Born to Run by Christopher McDougall
Endure: Mind, Body and the Curioysly Elastic Limits of Human Performance by Alex Hutchinson
Once a Runner by John L. Parker Jr.
Night Running by Emily Mitchell
Marathon Woman by Kathrine Switzer
Para conocer más libros sigue en Instagram: @thefuture_bookclub