Tania Estrada es reconocida como la mejor corredora mexicana de los World Marathon Majors de Tokio, Boston y Nueva York, además del Maratón de Toronto y nos cuenta que la clave para lograrlo, es la inteligencia emocional.
Es una corredora que parece que nunca se cansa, que vuela cuando corre, que disfruta de hacerlo, que siempre tiene una super sonrisa y los pies bien puestos en el piso. La hemos visto devorar los mejores maratones del mundo porque para ella, el atletismo es más que una actividad física y es más que ganar una competencia, representa una herramienta para superar los obstáculos en todos los ámbitos de su vida.
¿Qué lleva a un deportista a colocarse entre los primeros lugares a nivel internacional y triunfar en un ámbito tan competitivo?
Muchos coincidirán en que son una serie de factores como la disciplina, el compromiso y por supuesto la preparación física; pero en el caso de Tania Estrada, todos estos factores se suman a la inteligencia emocional y confianza en sí misma, inculcada por sus padres desde muy temprana edad.
Tania, quien es integrante del Team Salomon, recuerda que en su niñez sus padres, que eran apasionados del deporte, fueron quienes le transmitieron el amor por correr tanto a ella como a su hermana, quienes desde niñas practicaron diversas disciplinas y, en el caso de Tania, la llevaron a dedicarse de manera profesional al running.
“En nuestra infancia, mi papá trató de inculcarnos a mi hermana y a mí el gusto por algún deporte, así fue como practiqué natación, bicicleta, conocí otra de mis aficiones que es el baile y, sobre todo, encontré en el running una de las mayores pasiones de mi vida, todo ello gracias a que mi padre fue mi coach y nunca ha dejado de apoyarme”, compartió la atleta.
De ser una deportista amateur, quien formaba parte de competencias escolares motivada por obtener una beca en la preparatoria, Tania Estrada, quien ahora tiene 36 años, logró entrar al ámbito del alto rendimiento en el running, participando en los maratones de Chicago 2015, Toronto 2016, Tokio 2017, Berlín 2017, Nueva York 2018 y 2019, así como en Boston 2015, 2016 y 2019.
Además, ha sido reconocida como la mejor corredora mexicana en los maratones de Toronto 2016, Tokyo 2017, Nueva York 2018, Boston 2019 y 3er lugar general femenil en el maratón Internacional Tangamanga 2018.
“Después de mi etapa escolar seguí corriendo al lado de mi padre. Recuerdo que me enojaba que me ganara con sus fuertes cierres en los entrenamientos, me decía que no me molestara, lo cual agradezco, ya que gracias a eso entendí que correr es para disfrutar”, compartió la atleta del Team Salomon.
Tania empezó con carreras de 5 kilómetros, luego probó las de 10 y así hasta llegar a los 45 kilómetros que actualmente recorre en las carreras de montaña porque como ella afirma: «todo es cuestión de tiempo y de entrenar al cuerpo». De hecho, Tania nunca se imaginó llegar a tanto, ya que solo se enfocaba en disfrutarlo y esa ha sido una de las enseñanzas más importantes.
Tania es comunicóloga visual y coincide con otros atletas de alto rendimiento, que uno de los primeros obstáculos con los que se enfrentan al iniciar una carrera en el deporte de forma profesional es la falta de programas especializados, ya que cada atleta tiene que buscar sus propias opciones de entrenamiento.
“Creo que el atletismo es una carrera como cualquier otra que requiere de una preparación formal que debería iniciar a temprana edad. Afortunadamente en mi caso sí conté con la orientación adecuada desde muy joven, y es por ello, que uno de mis proyectos es brindar formación en atletismo dirigida a las nuevas generaciones”, detalló la corredora.
Tania Estrada se ha forjado una carrera sólida en el road running, en el que ha sobresalido gracias a un equilibrio de diversos elementos como la constante y disciplinada preparación física, la confianza en sí misma y el apoyo de su padre, así como la ayuda de modernas herramientas para los atletas como los tenis Predict Soc de Salomon, que ayudan a reducir la fuerza del impacto en las rodillas y caderas de los corredores, al permitir que el zapato funcione en armonía con las principales articulaciones del pie y así evitar lesiones.