Hola a todos, mi nombre es Marina Victoria Cortés Sánchez, y tengo 15 años. Llevo dos años siendo corredora.
A lo largo de esta trayectoria, he tenido, como todo, buenas y no tan buenas experiencias. Carrera tras carrera, a veces con PR, a veces no, a veces terminando cansada, otras con ganas de correr más, pero siempre, con ansias de mejorar. Les compartiré una parte de mi experiencia desde la semana pasada.

El domingo corrí la carrera de Grupo Bal 10k, la verdad me sentí bien, total que acabé, recibí mi medalla y me fui a mi casa. Generalmente me voy rápido y por consecuente, no me espero a la premiación. Pues en la noche, al ver mis resultados, ¡había ganado tercer lugar en mi categoría! ¿En qué momento me iba a imaginar que podía llegar a un tercer lugar?, pues sí me lo imaginaba, pero no creía poder llegar a hacerlo. Hice PR, y yo creía que no había sido el mejor tiempo, pero si de algo si estaba segura, es que en algún momento, no muy lejos bajaría ese tiempo.
Siempre pienso en mejorar, y precisamente en estos momentos estoy con un solo mi objetivo principal: Medio Maratón de la Ciudad de México, será mi primer medio maratón, y quiero hacerlo debajo de las 2 horas.
Hace un año, en la carrera de G15K, yo estaba muy contenta desde la entrega de los Kits, estaba muy emocionada y fui a escribir mi tiempo, finalmente, puse que haría 1:38:00, ya que mi papá y mis compañeros, me comentaban que era una carrera muy bonita.
Pues llegó el día, y corrí. Me sentí muy bien, estaba contenta de poder lograr esa meta, y demostrarme qué tan lejos podía llegar. Al cruzar la meta había hecho 1:30:00, lo había logrado, me sentía orgullosa de mi, me había encantado la carrera y para mí fue la mejor del año.
Este año, decidí correrla por segunda ocasión. Ahora había dicho que bajaría mi tiempo de 1:30:00 horas por lo menos 5 minutos.  El domingo estaba preparada, nunca antes había tenido tanto frío en la mañana, tomé un outfit distinto al que había preparado, y salí de casa.

Mi papá, mi amiga Abi y yo corrimos juntos los primeros 8 kilómetros. Pasando la Feria de Chapultepec, mi papá me había dicho que siguiera, que me adelantara, iba muy segura de mi misma y llevaba un ritmo con el que pudiera aguantar los 7 kilómetros faltantes.

En el kilómetro 13, justo en la subida al castillo de Chapultepec, estaba la porra de mi equipo, ese al que pertenezco orgullosamente, se llama SPYROS RUNNING TEAM. Pues allí estaban, me gritaron, y yo estaba muy contenta, me sentí mejor que en cualquier otra carrera, mi coach me gritaba, «Vamos, no olvides bracear», lo cual es un poquito complicado para mi en cualquier distancia y en verdad trato de hacerlo, pero me cuesta trabajo.

Bajé del castillo, me volvieron a gritar, es increíble ver todo el apoyo de tus amigos hacia ti, pasé el kilómetro 14, estaban unas telas, en las cuales habíamos escrito una mensaje de corredor a corredor un día antes en la entrega de kits, salté, y tomé uno.
Pasando ahí, estaba mi amigo Toaki, sinceramente fue un ángel que cayó para ayudarme en el último kilómetro, ya me sentía cansada, estaba queriendo cerrar a menos de 5 minutos por kilómetro y él me ayudó mucho, pues no me quedé atrás, mantuve mi ritmo y cuando faltaban 200 metros, me acordé de mis intervalos entre semana y como me dice un gran amigo (Chava) «Gol gana», cerré con todo, no me quedé con nada. Fue increíble, pausé mi Garmin, y había hecho 1:21:50 hrs. Eso significa 8 minutos y un poquito más, debajo del tiempo del año pasado.

No cambia la emoción en mis piernas, en mi cuerpo, en mí. Desde que me integré a mi equipo Spyros, sinceramente he notado un avance impresionante en mi, ha sido un progreso importante en mi vida, el cual no había tenido antes y el cual he trabajado y me he esforzado por ello; intervalos, trotes suaves, distancias, todo entre semana después de la escuela, y mis distancias en fin de semana.
¿Todo esto a qué viene? Siempre he tenido en mente, que puedo llegar muy lejos si me lo propongo. Me gusta ver que puedo dar más, que puedo salir de mi zona de confort, y sobre todas las cosas, me encanta ver qué tan lejos puedo llegar y qué niña tan fuerte puedo ser.
¿Me ha costado trabajo? Por supuesto que sí, mucho trabajo, semanas de entrenamientos, cancelar salidas con mis amigos, o con mi familia por entrenar, pero si hay algo muy hermoso que he experimentado, es poder tener esa satisfacción conmigo misma del trabajo que he hecho.
Quiero mencionar que esto no hubiera sido y no sería posible sin ayuda de mis papás, en especial de mi papá, él siempre me lleva a correr, a entrenar, me dice: «vamos, es el último, no guardes nada». Y lo más importante es que siempre está ahí conmigo.
Ser corredora ha sido de lo más bonito que me ha pasado en la vida, aparte de ser bailarina de ballet. Son mis dos actividades favoritas. Sin duda alguna, las dos me han marcado, pero correr, me ha definido como persona.
Es precioso ir corriendo, escuchar los pajaritos, ver paisajes, esforzarte, ver todo de una manera distinta, desestresarte, poder pensar en algunas cosas importantes mientras corres, hacerlo con tus amigos, simplemente el hecho de ser corredora, es algo magnífico.
Muchos de mis amigos y familiares, me dicen «qué flojera que vas a correr después de un día pesado», o incluso, «¿cómo puedes correr si llueve?» Es padrísimo poder olvidarte de todo un rato y me encanta correr bajo la lluvia, y más en la pista, de hecho cuando voy haciendo mis intervalos, me pongo a pensar que en una vuelta a la pista veo mi vida pasar.
Durante este proceso he tenido el apoyo y la motivación de varias personas, esto me parece que es importante pues te enfocas en algo que quieres y vas por ello.
Esto fue un poco de mi historia en las últimas dos semanas.

Marina

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