El dolor es algo que es inevitable, pero lo puedes superar si empleas las estrategias correctas y aprendes a ser más fuerte no solo físicamente sino también mentalmente.
Estudios recientes han demostrado que al correr nuestro cerebro registra la percepción del esfuerzo como resultado de la motivación que tengamos en ese momento. Si creemos que ya no podemos dar más, así será, pero si nos enfocamos en cumplir con nuestro propósito y confiamos más en nuestro trabajo, cerramos una carrera con todo el poder del mundo. Aquí te dejamos 3 estrategias que te van a servir mucho para superar el dolor en una carrera.
- Recuerda el momento que más te emocionó de tu entrenamiento. ¿Te acuerdas la primera vez que decidiste correr? ¿El día que rompiste una marca? ¿La emoción que te dio saber que podías ir más rápido? ¿El día que preferiste dejar tu cama para salir a correr muy temprano? Todo eso llevó un gran esfuerzo y si cambias la molestia por la motivación, te sentirás más fuerte que nunca.
- Da gracias de forma constante. Dicen que agradecer genera abundancia y parece que eso también llega a la vida de las corredoras. El dolor puede olvidarse si de pronto decidimos decir «gracias» ¿Por qué? Porque cambiamos el enfoque y en lugar de fijarnos en el dolor, traemos a la mente a las personas que nos apoyaron para estar corriendo, por tener salud y poder hacerlo, por tener recursos económicos para hacer lo que nos gusta. Y si puedes, dilo o grítalo, la palabra «gracias», es más poderosa cuando se comparte con otros.
- Siempre medita. Ya sea cuando corres o bien, antes de una carrera, hazlo durante 5 minutos al menos. De hecho, hay estudios que demuestran que meditar durante 8 semanas hace cambios estructurales en el cerebro y está relacionado con la autorregulación, lo cual te ayuda a controlar la percepción del dolor. Sobre todo porque no se trata de evitar el dolor sino de cambiar la respuesta que tienes cuando aparece. Si tu ansiedad desaparece mientras sientes dolor, estarás del otro lado. Hazlo siempre una noche antes de una carrera o distancia larga, busca un lugar tranquilo y concéntrate en tu respiración. Los efectos son inmediatos.