Una mentalidad ganadora es la que te lleva a cruzar la meta después de haber padecido cualquier «pared» en tus pensamientos, esa que te hace pensar que ya no lo lograrás. Aquí 5 hábitos que te harán decir la frase: «ganando como siempre».
- Determina tu motivación interna. Tienes que saber por qué corres, por qué quieres hacer esa prueba, qué te hace pensar que vas a lograrlo, que te lleva a ser mejor corredora. Una mentalidad clarificada es más fuerte que una mentalidad que corre solo por saber qué se siente.
- Establece un plan que incluya soluciones mentales. Visualiza situaciones difíciles y determina cómo vas a superarlas. Por ejemplo, si llueve qué vas a hacer, si no puedes correr con música cómo te vas a distraer del dolor, si empiezas a hartarte mentalmente qué estrategia vas a tomar para cambiar tus pensamientos (contar números, cantar, repetir mantras, etc), si tienes flojera por entrenar qué te va a motivar para hacerlo. Todo eso, visualízalo. Obviamente hay experiencias que aún no has vivido pero si ayudas a tu cerebro a resolver situaciones conocidas, será mucho más fácil actuar cuando se te presente una desconocida.
- Crea tus mantras para determinadas situaciones. Lo hemos publicado anteriormente, pero deben tener palabras positivas seguidas de una acción. Por ejemplo. «yo puedo», «esa meta es mía», «confío en mi», «soy más fuerte de lo que pensaba», etc. Aplícalas cuando sientas que ya no puedes más y en cada entrenamiento, repite una antes de empezar.
- Analiza tus entrenamientos y carreras. Si salió bien o mal, analiza con objetividad tu rendimiento. Aprende a separar emociones como la euforia, la alegría o la tristeza después de un resultado. Haz una lista de lo que hiciste para lograr esa meta y cambia lo que creas necesario para la prueba que sigue. Una mentalidad ganadora se practica enfrentando y analizando objetivamente cualquier situación.
- Arma el muro del reconocimiento. ¡Es básico! Puede ser tu medallero, la pared donde están los números de las carreras que has hecho, el pizarrón con tus fotos, mantras, recuerdos de los lugares donde corriste, las fotos donde te ves fuerte y poderosa. Siempre que sientas que has hecho poco, voltea a ver eso y de inmediato, sentirás cómo te sube la autoestima y cambia la percepción que en ese momento tengas de ti. Tu mentalidad te hará una corredora más fuerte.