Hoy me dieron ganas de contarles que no estoy hecha para correr, tengo una plica en la rodilla derecha, condromalacia en ambas rodillas y, por si fuera poco, la pierna izquierda más corta, ¡ja!, si fuera la derecha igual ayudaría a disminuir la carga para la rodilla con plica, pero no.
Ah, ¡sí! ¡Se me olvidaba! La curvatura de mi espalda hace que mi cadera no esté derecha, definitivamente, físicamente no soy apta para correr ja ja ja, si, me da risa porque me aferro, me aferro porque es lo que amo, es lo que me apasiona, es lo que me llena de vida, es lo que me motiva a despertar todos los días a las 5:00 am para correr a la pista, es lo que me enseña que estoy sola, pero también es lo que me ha rodeado de personas muy lindas, y cada día me demuestro que si puedo al romper mis límites físicos y mentales, les confieso que hago muchas cosas atrás de la pista para poder correr.
La verdad nunca sentí tener el derecho de llamarme corredora hasta hoy, porque para mí ser corredora implica más que ponerte unos tenis y salir a las calles, ser corredora es llevar un estilo de vida que casi nadie entiende, solo otros corredores como uno.
Es pasar crisis mentales mientras corres y cuando no logras una marca, es recuperarte física y mentalmente de millones de cosas, es trabajar en la técnica, para una corredora es más importante la preparación para la carrera que la carrera misma, porque el día que vas a cruzar esa meta, ya estás lista, ya hiciste todo lo que debías hacer para estar en ese disparo de salida.
Hoy puedo llamarme a mí misma corredora porque vivo todo esto todos los días cuando me pongo mis tenis, mi reloj y salgo a dar lo mejor de mí en cada zancada, por eso hoy lo llevo en mi piel, porque esto ya no es algo que hago, es algo que SOY.
Marisol Rivas Contreras
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