«Correr ayuda a que las mujeres desarrollen un cuerpo donde todo está bajo control: la fuerza, el poder y la belleza», así lo afirma Carol Otis, fisióloga de la Universidad de California. Estamos de acuerdo, correr nos empodera. Sin embargo, en los últimos 20 años, la distorsión de la imagen corporal en las mujeres ha aumentado hasta en un 60%.
En un estudio hecho a mujeres estudiantes en Brown University, se descubrió que el 74% de ellas, que cuentan con peso normal, tienen pensamientos sobre su cuerpo casi todo el tiempo. Esto, aunado a otra serie de factores psicológicos, sociales y culturales, podría desencadenar en una obsesión por obtener el cuerpo perfecto que tanto se sueña.
Otra investigación de Stanford University encontró que el 70% de las mujeres se siente mal con su apariencia física después de leer revistas femeninas. En otro estudio hecho por la marca Dove, se descubrió que el 96% de las mujeres no elige la palabra «bella» para definirse.
Pero ¿cuáles son los factores que afectan la forma en la que percibimos nuestra imagen?
1. Comentarios negativos de la familia y amigos.
2. Ideales físicos que se adoptan culturalmente.
3. Comparación constante con otras mujeres.
4. Experiencias basadas con respecto a religión, educación sexual e incluso en las emociones.
Pues bien, si tú has decidido correr primero analiza por qué lo estás haciendo. Hay mujeres que utilizan el deporte para redefinir (a toda costa) sus cuerpos sin importar el costo físico y mental que requiere, incluso pueden llegar a verlo como una forma de castigo por no cumplir con sus expectativas de belleza. Hemos escuchado tantos casos de chicas que entrenan más de dos horas al día porque no quieren engordar, o las que comen poco y corren mucho…ellas ven a su cuerpo como el enemigo a vencer, como un objeto que necesita redefinirse porque su forma no es aceptable y eligen correr como su mejor arma. En realidad, el problema no es el cuerpo en sí, sino la relación que han establecido con él que se volvió tóxica.
Esta situación es más frecuente en mujeres de 20-40 años y disminuye con el paso del tiempo. Las exigencias que la sociedad impone a las mujeres para tener el cuerpo perfecto, está obsesionando a muchas. De hecho, esto no es ajeno a las corredoras, un gran número de ellas se vuelven exigentes, se critican, se sabotean o bien, se autocomplacen solo si cumplen con las expectativas impuestas por ellas mismas. Pero si no son corredoras, de cualquier forma trasladarían esa insatisfacción a otro ámbito de su vida. Frases como «no soy la mejor en mi trabajo», «me veo mejor con el cabello castaño que con éste», «nunca tendré las piernas de esa mujer», etc; forman parte de su vocabulario.
Las corredoras compulsivas, por ejemplo, tienden a utilizar el running como castigo, para esconder situaciones que les incomodan y que están relacionadas con problemas familiares, de trabajo, profesionales y que no están siendo capaces de resolver. Aunque a todas nos podría pasar, este comportamiento es más común en mujeres que están cerca de ser elite pero que no lo son pero que sí son las mejores corredoras recreativas o amateur. Manejan un alto grado de frustación que muchas veces no solo las lleva a sentirse mal por su cuerpo, sino por su mismo rendimiento físico donde siempre quieren estar dando más. Las que no son de este grupo presentan menos posibilidades de padecerlo ya que ellas no se enfocan tanto en el rendimiento ni el reconocimiento en general, sino más bien, en la experiencia de correr.
En resumen, cuando veas que estás sufriendo por la forma de tu cuerpo y que correr es tu obsesión para cambiarlo cuanto antes, deténte y retrocede a analizar los motivos que te llevaron a pensar así. Puedes empezar a correr para bajar de peso, es válido si lo principal es que te preocupas por tu salud y en segundo lugar, por tu apariencia, pero jamás veas a correr como obligación o castigo. Si has decidido bajar esos kilos de más, lo primero que tienes que hacer es que debes enamorarte de correr, si no lo consigues, reflexiona y trata de lograrlo. Ahora bien, te dejamos nuestras recomendaciones para disfrutar de correr y no padecerlo:
– Deja de compararte con el resto de las mujeres.
– Enfócate más en tu salud que en tu peso.
– Acepta el tipo de cuerpo que tienes y ámalo como es.
– Puedes escoger una inspiración o modelo a seguir, pero nunca te obsesiones con ser como ella, eso no pasa.
– Piensa positivo.
– Escoge las prendas y los colores que más te favorezcan tanto en tu vida diaria como para entrenar.
– Confía en ti y en tu trabajo.
– Sé más tolerante a la diversidad.
– Aléjate de relaciones tóxicas de familia, pareja, amigos y profesionales.
Por último, correr sigue siendo de las alternativas más efectivas para cambiar la relación con tu cuerpo. Hay investigaciones han demostrado que el ejercicio no solo mejora la apariencia física sino también la salud. Correr te da esa sensación de control en tu vida, la cual te ayuda a ganar confianza e incrementa la calidad de la misma. Está demostrado también que tu salud mental se mejora mucho al correr porque tu cerebro oxigena mejor y es más probable que estés satisfecha con la persona que eres. Ya lo sabes, corre porque te gusta, no por castigo ni por obligación. Corre te cambia la vida.
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