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No es malo, pero hacerlo con frecuencia no es la mejor opción para tus articulaciones. El concreto está hecho principalmente de cemento y la mayoría de las calles de las ciudades, lo tiene. Te decimos que no es lo ideal porque el impacto en tus piernas es 10 veces más que correr en asfalto (una superficie mezclada con grava, chapopote y piedras pequeñas) y por lo tanto, eres más propensa a lesionarte.

Sin embargo, correr en la calle es lo más accesible para cualquier corredora y por lo general, el trayecto es plano si lo quieres. Además, es una forma de ir a casa y evitar el tráfico y apreciar la ciudad.

Nuestra recomendación es que corras en esta superficie máximo tres veces por semana y la alternes con otras más suaves como tierra o montaña.