Es una actividad que siempre me ha gustado, me llena por completo. Me alejé un poco pero me volví a motivar y empecé de nuevo a correr.
Me parecía difícil y más siendo mamá de dos pequeños pero poco a poco seguí adelante hasta que comencé a correr 10km, se me hacía mucho de hecho me imaginaba que era una eternidad correr no solo 10km sino 21km (medio maratón), admirando mucho a quienes lo logran y ni que decir de un maratón completo.
Mis carreras se vieron interrumpidas por un año, tuve que enfrentarme a la más dura prueba que la vida me ha dado ya que padecí Linfoma. Tuve que dejar la actividad física por completo, hacía solo caminatas, las fuerzas empiezan a bajar por supuesto. Sin embargo, esto me ha dado mucho, ahora vivo el día a día, he retomado esta actividad y el entrenamiento que me da felicidad, orgullo, placer; en fin. Me he convertido en una corredora matutina ya que a las 5:30 am me levanto para ir a correr 3 veces por semana y regresando, preparo a mis hijos para la escuela y me voy a trabajar.
Hace poco parecía aún muy difícil imaginar correr un medio maratón pero me lo propuse, en verdad que se puede, disfruté cada momento de hecho cuando terminé me sentía la mujer más feliz. Claro este logro no lo hice sola ya que mi familia y amigos estuvieron ahí para alentarme, mis hijos sin duda son el motor. Solo puedo decir gracias a la vida, gracias a Dios.
La batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte o el más ligero, porque tarde o temprano el hombre que gana es aquél que cree que puede hacerlo.
Rebeca González