¿Quiénes no aman la velocidad? Sentir cómo nuestro cuerpo se mueve al máximo es señal de libertad y nos brinda de un placer inexplicable; sin embargo, pocas veces nos ponemos a pensar qué es lo que le pasa a nuestro cuerpo la experimentamos.
Así que si quieres ver las maravillas que surgen en él cuando recurrimos frecuentemente a las sesiones de velocidad como parte de nuestra preparación como corredoras, checa algunas de ellas.
Músculos más fuertes
Es vital para la estimular los músculos y mantenerlos más fuertes al ser trabajados con contracciones y elongaciones intensas. A la par, notarás cómo crecen y se ven mucho más tonificados.
Será más resistente a la velocidad
Verás los resultados reflejados en el cronómetro, pues tus tiempos bajarán notablemente. Te será mucho más fácil mantener un ritmo acelerado después de ciertas distancias. En pocas palabras, gozarás de un cuerpo más rápido y ágil.
Bye, bye a la grasa
Según diversos estudios, tras varias semanas de realizar entrenamientos de intervalos se empieza a notar un cambio significativo en cuanto a la pérdida de grasa. Así que no te sorprendas de ver cómo esos kilitos de más van desapareciendo.
Siempre activo
Una vez que terminaste tu sesión de velocidad, tu cuerpo sigue trabajando. ¿Por qué? Según el doctor Niels Vollard, experto en salud y ciencia del ejercicio, manejar entrenamientos de velocidad mantiene al cuerpo trabajando una vez finalizada dicha sesión.