He tenido oportunidad en diferentes ocasiones de encontrarme con personas que piensan que están enfermas cuando, en realidad, lo único que tienen es ansiedad y estrés.
Pensándolo bien, la ansiedad y el estrés son enfermedades pues afectan tu cuerpo, tu mente y tu calidad de vida. Yo misma he sufrido de esto. Hace un par de años pasaba mucho tiempo en el doctor porque creía estar enferma. Cuando le dije mis síntomas me di cuenta que lo único que tenía era que no le he dado a mi cuerpo y a mi mente el descanso que necesitan.
En un mundo como el nuestro donde todo gira tan rápido, se cree que el hecho de sentarse a descansar o de darse tiempo para uno mismo es una pérdida de tiempo cuando, en realidad, es la mejor inversión que podemos hacer.
Yo crecí con la idea de que si no estoy haciendo algo productivo estoy perdiendo el tiempo. La mayor parte de mi vida me dediqué a llenar mi vida con actividades porque pensar en sentarme a descansar, a leer algo por el puro placer de hacerlo o invertir en darme un masaje era una pérdida de tiempo y dinero. Sé que esto nos pasa a menudo, más aun cuando tenemos hijos y pensamos que es egoísta invertir en nosotras.
Te invito a que hagas un alto en el camino, te des tiempo en este momento para respirar profundo y ya que estamos hablando del estrés, revisa los síntomas que aparecen en la siguiente lista.
¿Sientes uno o varios, con frecuencia o con mucha intensidad?
- Opresión en el pecho.
- Hormigueo o mariposas en el estómago.
- Sudor en las palmas de las manos.
- Palpitaciones.
- Dificultad para tragar o para respirar.
- Sequedad en la boca.
- Temblor corporal.
- Manos y pies fríos.
- Tensión muscular.
- Falta o aumento de apetito,
- Diarrea o estreñimiento.
- Fatiga.
Si estos síntomas te parecen familiares, lo más probable es que estés sufriendo de estrés en tu vida… yo sé, pagar cuentas, atender a la familia, cumplir con el trabajo, con las obligaciones de la casa, entrenar para tener buenos resultados, etc. son las cosas con las que tenemos que lidiar a diario pero es muy importante que hagas un alto en el camino y que te des tiempo para desacelerarte, para descansar, para desconectarte y “recargar las pilas”, pues solo de esta manera podrás seguir haciendo las cosas que haces sin mermar tu salud.
Aquí hay una serie de consejos para eliminar el estrés.
- No te culpes: las cosas pasan para algo y de todo puedes aprender una buena lección. Aprende a tomar responsabilidad por tus acciones y de las lecciones que te dejen.
- Elimina obligaciones innecesarias.
- Deja de «procrastinar» (evita aplazar las cosas para mañana).
- Deshazte del desorden.
- Anticípate para no ir siempre con prisas o llegando tarde.
- Evita el querer controlarlo todo. Hay cosas sobre las que tenemos control y hay otras que están fuera de nuestro alcance, de igual modo que no podemos controlar lo que otras personas piensen, digan o hagan, entonces, ¿para qué preocuparte por ello?
- No hagas muchas cosas a la vez que te impidan estar enfocado en lo que necesitas tener prioridad.
- Elimina las fuentes que «absorben tu energía». (Relacionado con el punto uno).
- Evita la «gente difícil». Rodéate de gente positiva, de la que puedas aprender. No en vano dicen “dime con quién andas y te diré quien eres”. Fíjate cómo es la gente con la que te juntas, ¿Se quejan constantemente? ¿Le echan la culpa de su vida a las circunstancias o a otras personas? ¿Critican y reaccionan en vez de proponer y ser proactivos? Si la respuesta es sí a alguna de estas preguntas, quizá sea momento de rodearte de nuevos amigos.
- Simplifica tu estilo de vida. Elimina las cosas que no necesites, muchas veces hacemos, compramos, o creemos necesitar cosas que en realidad nada más nos estorban.
- «Desprográmate» no es necesario tener programado cada minuto de tu vida.
- ¡Quieta, para!. Aprende a hacer las cosas más lentamente, a disfrutar de la comida, del baño, de las conversaciones con tu familia, etc. Disfruta de las pequeñas cosas que haces día a día y que jamás nos tomamos el tiempo para disfrutarlas plenamente. Vive en el momento presente.
- Ayuda a otros. Hay más en la vida que uno mismo y, aunque suena contradictorio añadirte más tareas para reducir el estrés, la sensación de bienestar que te dará ayudar a los demás y dejar de pensar solo en ti y en tus cosas, te ayudará a reducirlo.
- Relájate varias veces al día. Los pequeños tiempos muertos ayudan a trabajar mejor y a relajarte. Estírate; sal a dar un paseo; cierra los ojos y respira profundamente; escucha música relajante; disfruta de la comida; ríete!
- Deja tu trabajo si no amas lo que haces. Sé que esto es muy radical pero el trabajo es, sin duda, el mayor foco de estrés. Deja tu trabajo, automatiza tus fuentes de ingresos y busca algo que de verdad te guste y, si sientes que no puedes hacerlo, entonces busca algo que amar de tu trabajo (el horario, los compañeros de trabajo, la hora de ir a comer… debe haber algo que puedas encontrar que te guste) y aprende a disfrutar aunque sea una pequeña parte de lo que haces… y, si no puedes encontrar algo que te guste de tu trabajo entonces de verdad vale la pena pensar si debes seguir ahí.
- Simplifica tu lista de tareas. Las listas de tareas pendientes demasiado largas estresan solamente por el hecho de ser largas.
- Haz más ejercicio, verás como funciona.
- Come bien. Junto al punto anterior se puede decir que estar saludable es uno de los puntos más importantes para no tener estrés.
- Se agradecido. Una actitud agradecida ayuda a pensar de forma positiva.
- Ten un entorno «Zen». Empezando por un escritorio limpio, ordenado y minimalista para continuar con el resto de la casa. Los sitios sobrecargados estresan.
Espero que esta lista de sugerencias te sea de ayuda y que puedas tomarte el tiempo de poner un alto en tus ocupaciones diarias y dedicarlo a ti. Es la mejor inversión que podras hacer para el futuro!
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