Queridas hijas, esta es la mamá que les tocó, una mamá corredora. Y en este día en que a todas nos festejan, yo quiero agradecerles a ustedes.
Gracias por dejarme ser su mamá aunque sea la que se levanta temprano y se vaya a entrenar antes de que se despierten. ¡Pero les juro que les doy un beso siempre!
Gracias por permitir que a veces papá haga el desayuno aunque no siempre le quede igual que a mamá, pero sepan que lo hace con mucho cariño.
Gracias por solidarizarse conmigo y levantarse temprano los domingos que voy a las carreras, a veces salen con cobija y desayuno en mano, solo para ver a mamá correr y desayunar con ella al terminar.
Gracias por prohibirme que todo el tiempo traiga puesto mi «disfraz de corredora», así me recuerdan que debo «procurarme» por mucho que ame mi deporte.
Gracias por aguantar mis pláticas sobre correr, por escuchar a mis amigas corredoras y sus diálogos de récords personales y maratones, de verdad, gracias ¡son insoportables porque siempre hablan de eso! Lo sé.
Gracias por acompañarme a mis viajes de trabajo, donde se divierten pero a veces se pegan unas aburridas del terror escuchando charlas sobre planes de nutrición, entrenamientos, historias del running, etc.
Gracias por esperar a que mamá llegue cuando está de viaje y por aceptar que las cuiden otras personas.
Gracias por recibir y ponerse mis medallas de las carreras aunque saben que no llegué en el primer lugar pero igual se emocionan porque «mamá gana medallas».
Gracias por ser mi motivación para ser feliz.
Gracias por enseñarme que el amor existe y que ustedes son mi mejor regalo.
Pero sobre todo, gracias por esas miradas, esas sonrisas, esos abrazos y esos besos que todos los días me dan y más que nada, gracias por confiar en mi para ser su mamá.
¡Feliz día de las madres a todas las mamás corredoras que nos siguen!
Con cariño,
Sonia