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En los 5 años que llevo corriendo (y los que me faltan), he aprendido muchas cosas. Les comparto las que más me han marcado:
– Si quiero algo, lucho por ello. Nada en esta vida es gratis.
– Unos kilómetros son el pase directo a mi paz mental y emocional.
– Cada meta es única y especial.
– Aunque vaya rodeada de miles de personas, de la única persona de la que depende que llegue a la meta es de mí.
– Correr es tiempo de calidad conmigo misma.
– Desde que corro me caigo mejor. Miren que correr 42.195 acompañada de mí, mi alma y mis pensamientos ¡está cañón!
No hay imposibles en esta vida. Lo que quiera lo puedo lograr. Sólo hay cosas que cuestan un poco de más trabajo.
– Mis piernas son hermosas. Sí, hoy ya me gustan y las quiero mucho. Sin ellas no podría hacer algo que amo y disfruto tanto.
– ¡Ya puedo calcular las distancias con precisión de GPS!
– Disfrutar cada kilómetro, cada salida a correr como si fuera la última.
– Una lesión (Mr. Aquiles) me hizo cambiar mi perspectiva de lo que es correr en mi vida. Me ayudó a darle el valor justo a correr.
– Correr me ha permitido conocer gente que nunca hubiera conocido. Gente valiosa de la que he aprendido mucho.
– El entrenamiento mental es casi que más importante que el entrenamiento físico. La mente puede ser mi mejor amiga o mi peor enemiga. Así.
– Poder recorrer las calles corriendo es una de las experiencias más lindas que un corredor pueda experimentar.
– Si algo es difícil no me doy por vencida, simplemente me esfuerzo más y más hasta que deja de ser difícil.
– Hay dolores que valen mucho la pena sentir. El ardor de las piernas después de entrenar distancia. Sentir que te falta el aire después de «cerrar» para llegar a la meta es indescriptible.
– Ser parte del 1% de la población del mundo porque soy maratonista me hace no sólo ser especial y diferente, sino me recuerda que soy muy necia y chingona para no dejarme vencer por nada.

Rebeca Navarro