Entrenaste, seguiste al pie de la letra cada indicación de tu plan de entrenamiento, te alimentaste correctamente, cuidaste tu hidratación, lograste controlar tus nervios y descansaste perfecto antes de la competencia; pero algo sucedió, que al final de tu carrera las cosas no salieron como esperabas, de hecho, salieron bastante mal. El sentimiento de insatisfacción y frustración se apodera de ti, te enojas y al final del día, estás súper triste y de cierta forma desmotivada, pues no conseguiste alcanzar tu objetivo. Y aunque tus amigas te dicen que fue un mal día, que no te sientas mal, no logras ver el lado bueno de esa mala experiencia.
Habrá muchas razones por las que podemos decir que fue una pésima carrera; el reto ahora será: ¿cómo darle la vuelta a esta mala experiencia y sacar el lado positivo de todo lo vivido? Debes de saber que para nosotras como corredoras, la clave para tener una carrera exitosa (en cualquier nivel), es “la habilidad de controlar esa voz dentro de tu cabeza, que dice que pares y convertirla en un YO PUEDO”. Utiliza esta habilidad para reponerte del mal trago.
Se lee fácil ¿verdad? Pues aunque no lo creas, lo es. Según un estudio de la Escuela Europea de Negocios, existen 7 formas para salir rápido de este estado anímico:
1.- Asumir la responsabilidad. Puede ser el clima, puede ser tu periodo hormonal, etc. Cualquiera que sea el pretexto, siempre serás tu la responsable de haber tomado cierta actitud ante lo que se te presenta. Una vez que hagas conciencia de esto, podrás ver de manera objetiva, donde estuvo el error y entonces podrás tomar acciones para corregirlo en tu siguiente carrera.
2.- No quejarse más de dos veces. Si te quejas demasiado de haber tenido ese mal resultado, lo único que lograrás es lastimar tu autoestima, así que quéjate fuerte una vez, déjalo salir y pa’ delante, tienes mucho que aprender de esta experiencia. Toma lo bueno y ¡a correr!
3.- Nunca digas: “no sabía lo que me esperaba”. ¿Porqué no se vale decir esto? Porque te preparaste para ello, conoces tu cuerpo, ya probaste de todo para este momento, etc. Así que recuerda: SÍ sabes lo que vas a enfrentar y tienes todo para hacerlo en la siguiente vez. Siempre habrá más carreras que te permitirán mejorar y aprender de ti en cada una, así que no te des por vencida.
4.- Date a ti misma un “feedbak” positivo. Es muy importante que veas todo lo bueno que hiciste durante la carrera. Al final del día, haya sido como haya sido, llegaste a la meta, no abandonaste tu carrera y seguro que levantaste los brazos y cruzaste con una sonrisa para la foto J.
5.- No te aflijas por tu “fracaso”, alégrate por tener un nuevo reto. Lo primero que debes saber, es que no se tiene un “fracaso” si no se ha intentado algo y tú lo intentaste, soñaste con algo grande, cosa que el 99% de la gente hace, pero solo el 1% intenta, tú eres parte de ese maravilloso y pequeño porcentaje de valientes. Así que levanta ese ánimo e inténtalo de nuevo, todas las veces que sea necesario.
6.- Siéntete orgullosa, olvida la pena. Una vez que asumiste la responsabilidad sobre tu “fracaso”, encontrarás la fuerza física y anímica para darte un respiro (literalmente tomar aire) y continuar intentando. Siéntete orgullosa de haber puesto todo tu empeño para conseguir algo, que probablemente esta vez no se pudo, pero sabes que diste tu máximo esfuerzo para lograrlo. Así que dale, tienes todo para alcanzar tu objetivo.
7.- Comprométete contigo misma. Ahora es tiempo de dejar este mal trago en el pasado, ya sucedió y has aprendido todo de esta experiencia. Concéntrate ahora en reunir toda la fuerza necesaria para intentarlo nuevamente. ¡Agarra tus tenis, póntelos y sal a correr a conquistar esa meta que tanto anhelas! Está ahí esperándote.
No te apachurres por no lograr ese tiempo que querías. Recuerda que todas las experiencias son enriquecedoras y aunque no lo creas, las malas son nuestras mejores maestras para aprender, crecer y lograr una mejor versión de nosotras mismas.
Te puede interesar: