El COVID 19 o coronavirus nos cambió la vida a todos los atletas y hoy, queremos compartirte una carta que Marianne Paredes, atleta de Aldebaran Track escribió.
Estos últimos días de encierro me he sentido desmotivada, varias personas a mi alrededor me han dicho de forma virtual que se sienten igual. ¿Y cómo no estarlo? La naturaleza de la juventud es salir del núcleo familiar, de crear nuevos lazos, de encontrarnos en el mundo, salir con nuestros amigos, sentirnos libres, como si tuviéramos el mundo en nuestras manos. Ahora mismo nos sentimos tristes, frustrados, desmotivados y enojados.
¡Y con toda la razón! Nos arrebataron todo eso que nos llenaba cada día. Creímos que estaría siempre y no nos dimos el tiempo de apreciarlo o despedirnos como hubiéramos querido.
Un día dijimos: «Nos vemos el lunes», «nos vemos la siguiente semana», «nos vemos en dos semanas», «¡seguro esto termina rápido!»…o quizá ni nos despedimos porque era un hecho que nos veríamos en unos días, todos sin siquiera imaginar que estaríamos aislados de esa realidad por un tiempo indefinido, sin pensar que no podríamos ver a nuestros abuelos porque podríamos ser la razón de que se vayan para siempre, sin apreciar el último abrazo que le dimos a nuestros amigos, la última risa que compartimos, no apreciamos la felicidad de nuestra cotidianidad.
Para muchos nos quitaron nuestros últimos días de prepa, que aunque sabíamos que pronto acabarían, no imaginamos que esas últimas clases fueran un casual viernes de marzo, donde lo único que anhelábamos era que terminaran para poder irnos de fin de semana.
Para otros nos quitaron lo que nos apasionaba día a día, la razón por la que nos levantábamos en las mañanas: iríamos a entrenar, a bailar, a cabalgar, a sentir esa satisfacción que llenaba nuestro pecho porque disfrutábamos lo que hacíamos, se nos olvidó agradecer que podíamos hacerlo cada día.
Me afecta sentirme triste, desmotivada, frustrada…pero me afecta más que las personas que quiero, se sientan así y no pueda hacer nada para cambiarlo.
Por eso escribo esto, no con el afán de hacerlos sentir mejor, sino para poner en palabras un sentimiento que estoy segura que la mayoría estamos teniendo.
Somos la generación que, literalmente, no sabía cuándo podría volver a hacer lo que le llenaba. Para que sepamos que no estamos solos, por más que la situación nos lo haga sentir, ¡hablemos! no estamos bien, no hay nada malo en eso, es normal.
Mi mamá me dijo: «esto va a causar un cambio en tu generación». ¡Y claro que lo va a hacer! Vamos a vivir como si no hubiera un mañana porque somos la generación que, literalmente, no sabía cuándo podría volver a hacer todo lo que nos llenaba. Vamos a agradecer cada momento, vamos a vivirlo y a disfrutarlo como si fuera el último porque podría serlo.
Por ahora está bien no estar bien. Claro que está bien extrañar nuestra felicidad, nuestra rutina, nuestra cotidianidad. Pero por favor, nunca olviden cuándo podría acabar un momento.
Marianne Paredes