Te la pasas entrenando, quizá hasta los mismo kilómetros a diario. Te has inscrito a carreras y tu ritmo nomás no baja. Sigues haciendo el mismo tiempo en las carreras, o incluso, hasta los has subido. ¡Te has estancado! ¿Sabes qué está pasando? Te falta fuerza y potencia.
– Cuadríceps. Si no están fuertes, olvídate de correr más rápido. Hacer cuestas de hasta 50 m una vez por semana y levantando rodillas, ayuda muchísimo.
– Rodillas. Hacer pesas, bici y ejercicios funcionales son muy buenas opciones. Hasta que no estén más fuertes, debes hacer ejercicios de velocidad. Lo ideal es que corras a ritmo suave para no lastimarlas.
– Abdomen y cadera. Ahí se centra la fuerza principal para llevar una buena postura al correr. Si no fortaleces esas zonas puedes incluso padecer de lesiones en rodillas. Haz 100 abdominales 3 veces por semana.
– Brazos y espalda. Corre relajada, si agregas tensión, gastas demasiada energía. El braceo debe ser corto y subir un poco más de tu cintura y rozarla con tus manos. No lleves los puños cerrados completamente ni lleves una posición de “agachada” o “sentada”, eso adelanta tu fatiga. Haz pesas, fondos, tríceps o push up dos veces por semana.
– Cabeza. Siempre debe estar recta y al frente. Si la haces para atrás lastimas tu espalda y cadera, si la agachas, pierdes velocidad. ¡Nunca debes verte tus pies!