Antes de leer por qué entrenar en la montaña, lee esta frase. “De todos los caminos que tomes en esta vida, asegúrate que algunos sean de tierra.” John Muir
Una frase cortita pero muy sabia, que nos invita a probar las mieles de correr fuera de la ciudad. Y para que termines de convencerte, aquí te dejamos algunas de las muchas ventajas que tiene el entrenar en la montaña.
Previene lesiones
Al entrenar sobre el terreno irregular de la montaña, tus músculos, tendones y ligamentos se ejercitan y fortalecen de forma distinta que al correr sobre pavimento, lo que otorga cierto “blindaje” y estabilidad a tus rodillas, tobillos y cadera. Además, al desplazarte sobre tierra se evita el impacto de las superficies duras.
Fortalece tu cuerpo
Correr cuesta arriba representa una exigencia mayor que correr en plano, lo que no sólo mejora tu sistema cardiovascular, sino que ejercita y fortalece tus cuádriceps, pantorrillas, glúteos y core.
Mejora tu equilibrio
En la montaña, encuentras rocas, raíces, ramas, arroyos e incluso fauna algunas veces, y al esquivarlos mejoras tus reflejos, equilibrio y la percepción de tu cuerpo en el espacio.
Desarrollas mayor empatía y respeto por tu entorno natural
Visitar la montaña es una experiencia multisensorial que te conecta física y espiritualmente con la naturaleza. Aprecias los sonidos de las aves, el agua que corre, la tierra y las hojas que crujen bajo tus pasos, el perfume del aire filtrado entre los árboles, los colores de las flores, el cielo y las formas de las nubes.
Te escapas de la rutina
Entrenar en la montaña te permite desprenderte del estrés doméstico, laboral o escolar. Vuelves a ser un niño brincando entre árboles y charcos, ensuciándose con singular alegría y disfrutando la vida como en un buen día de infancia.
Podrás darte cuenta que correr en la montaña, tiene grandes ventajas y beneficios. Aprovecha cada oportunidad que tengas para regalarte esta experiencia que estamos seguras te encantará.
Por Rosario Ramírez
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