Si en tus objetivos está correr más rápido y nomás no lo consigues, aquí te dejamos unas sugerencias de cambios que puedes hacer para lograrlo. Son sencillos pero te darán la fuerza y potencia que necesitas.
– Cuadríceps. Si no están fuertes, olvídate de correr más rápido. Hacer cuestas de hasta 50 m una vez por semana, subir y bajar escaleras, además de ejercicios con peso te van a ayudar mucho.
– Rodillas. Hacer pesas, bici y ejercicios funcionales son muy buenas opciones. Hasta que no estén más fuertes, debes hacer ejercicios de velocidad. Lo ideal es que corras a ritmo suave para no lastimarlas.
– Abdomen y cadera. Ahí se centra la fuerza principal para llevar una buena postura al correr. Si no fortaleces esas zonas puedes incluso padecer de lesiones en rodillas. Haz ejercicios de abdomen, sobre todo, hipopresivos.
– Brazos y espalda. Corre relajada, si agregas tensión, gastas demasiada energía. El braceo debe ser corto y subir un poco más de tu cintura y rozarla con tus manos. No lleves los puños cerrados completamente ni lleves una posición de “agachada” o “sentada”. Haz pesas, fondos, tríceps o push up dos veces por semana.
– Cabeza. Siempre debe estar recta y al frente. Si la haces para atrás lastimas tu espalda y cadera, si la bajas, pierdes velocidad. ¡No debes ver tus pies todo el tiempo!