Confieso que yo entreno en casa con frecuencia pero siempre salía a correr a la calle, amo esa sensación de libertad y hoy la extraño mucho. Pero una de las cosas que me enseñó correr fue la flexibilidad y esa la aplico hoy más que nunca. Sin embargo, hoy voy a compartir 5 cosas que aprendí al entrenar en casa.
- Mi cuerpo siempre puede estar más fuerte. Como me encanta correr, mi cuerpo ya se había acostumbrado a las carreras de larga distancia, las sesiones de velocidad y los trotes de recuperación. Pero cuando tuve que hacer entrenamientos explosivos, potencia y fuerza descubrí que había músculos que me faltaba por trabajar y que sé que me van a servir mucho para cuando me toque cruzar la meta de alguna carrera próxima.
- Mi capacidad de adaptación aumentó. De un día para otro dejé de correr, pero de inmediato busqué la solución a lo que significaba quedarme sin hacer ejercicio. El problema no fue la disciplina, esa ya la tengo, mi tema fue controlar mi ego que se sentía triste y desesperado por no lucirse con sus proyectos de carrera. Hoy medito más y me he concentrado en fortalecer las partes débiles tanto física como mentalmente que me hacían falta.
- Me di cuenta que con poco soy feliz. He sido de las afortunadas que pudo quedarse en casa y eso me hizo vivir con lo básico y apreciar las cosas sencillas de la vida. Extraño ver el amanecer corriendo pero hoy abro mi ventana y lo puedo ver desde ahí. Aprendí a cocinar más saludable y a organizar mejor mi tiempo, a valorar los abrazos y la compañía, eso no tiene precio.
- Entreno la mente de otra manera. Como no estoy corriendo, hago yoga, una disciplina que me costaba y también incluyo sesiones de fuerza con cuerda y subiendo y bajando las escaleras de mi casa (antes ni las tomaba en cuenta). Hoy puedo hacer mejor las posturas de Yoga y me enfoco en mantener la concentración, he aprendido a estar más presente y a ver el esfuerzo que hay en estirar un poco más cualquier músculo.
- Salí de mi zona de confort. Sí, yo también soñaba con hacer un maratón, un proceso que ya dominaba y sabía cómo era, sin embargo, los planes cambiaron y eso me hizo buscar la parte positiva de la incomodidad como cuando corremos un maratón y nos toca superar la famosa pared.
- Valoré mucho más mis circunstancias. Pocos pueden quedarse en casa y encima entrenar, decidí hacer la cuarentena de forma voluntaria una semana antes de que se declarara oficial por solidaridad y conciencia para con los demás. Hoy más que nunca valoro tener la posibilidad de tener todo para ser deportista, disfrutarlo y aprovechar los beneficios de llevar una vida saludable, que hoy es muy importante.