Más de una hemos sufrido hasta el llanto en un training cuando una ampolla se interpone en nuestro camino, ¡es que cómo duelen!
Así que para que estés lo más alejada posible de esta situación, checa las siguientes 5 reglas a seguir para evitar las ampollas.
Elige el calzado correcto
Desde el número correcto hasta tu necesidad; es decir, si vas por carreras o entrenamientos largos (60 min-2 hrs) o solo distancias cortas y de velocidad. Cuando lo compres asegúrate de que se ajusten a tu pie y que no queden ni muy justos, ni muy sueltos, busca un medio número más del que normalmente usas y cómpralos por la tarde, que es cuando tu pie podría hincharse. Camina un poco con ellos para probar su ajuste y comodidad.
Usa calcetines
Hay algunas marcas de calzado para correr que aseguran que traen su propio calcetín incluido, sin embargo, no siempre es del material que se adecua a tu pie, incluso, hay unos que podrían resultar sumamente incómodos al grado de rasparte y provocar ampollas o cortadas.
Hay que saber cuáles calcetines
Evita los calcetines de algodón, pues absorben la humedad y podrían provocar fricción. Elige los de material sintético o lana. También puedes comprarlos en tiendas especializadas, ahí encontrarás algunos acolchonados que previenen la aparición de ampollas.
No compitas con calzado nuevo
Tres o cuatro puestas son más que suficiente para que tu pie se adapte 100% a ellos y no tengas una carrera del terror. Empieza con caminatas de 15 minutos a paso rápido para ir acostumbrándote a tu calzado para correr. Una vez que estén amoldados a la forma de tu pie, puedes llevarlos a tu entrenamiento o competencia.
Usa banditas protectoras (aunque creas no necesitarlas)
Es probable que te los pongas y te sientas como Cenicienta con su zapatilla, sin embargo, con cada paso sentirás más el roce de tu piel con el material del calzado. Lo ideal es que utilices bandas protectoras en las zonas donde regularmente te salen ampollas, así los moldearás sin dolor alguno.
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