Una investigación reciente sugiere que algunos genes son los que determinan si eres una persona diurna o nocturna dependiendo de cómo te adaptas a la luz, la temperatura y otras cuestiones ambientales. La realidad es que muy pocas personas están en los extremos, más bien la mayoría es una mezcla de los dos dependiendo de sus circunstancias.
Pero ¿qué hacer cuando has intentado varias veces levantarte temprano para correr y siempre desistes? Aquí te damos algunos consejos para que lo consigas.
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Sincroniza tu ritmo circadiano. Todos sabemos que este reloj interno que se ubica en el cerebro regula nuestros ciclos de sueño y parte de nuestra fisiología y metabolismo. Empieza evitando dormir cuando haya luz y las siestas de más de 20 minutos.
Desayuna al despertar. Si haces ayunos prolongados es más probable que te cueste mantener la energía por la mañana y desistas de correr a esa hora. Como empiezas a comer muy tarde, tu nivel más alto de energía será hasta las 6pm.
Evita los distractores antes de ir a la cama. Apaga la televisión, olvida el ipad o ver tu teléfono móvil. Una investigación de la Universidad de Berkeley afirma que las personas que son nocturnas tienden a tener más hambre y por lo tanto, padecen más sobrepeso u obesidad. Esto también podría disparar la hormona del estrés y desmotivarte muy pronto porque sientes que no avanzas.
Trata de dormir una hora antes que de costumbre. Hacerlo disminuirá los riesgos de padecer depresión. Un estudio en Reino Unido reveló que las personas que padecen insomnio, son más propensas a padecer depresión, ansiedad y se agotan más rápido. Al no tener energía, es prácticamente imposible que quieras levantarte temprano para correr.
Queda con alguien para correr juntos. Hay personas que incluso cambian las citas a desayunar o comer por entrenar con alguien que les importa. Esto te ayudará a fomentar un hábito y de paso, harás algo que gusta con una persona especial en tu vida.
Si te cuesta mucho trabajo, empieza entrenando al mediodía. Será menos agresivo y te adaptarás de forma paulatina.
Recuerda los resultados. La mayoría de los que han probado entrenar por las mañanas siempre terminan muy motivados. Si crees que las sábanas se te van a pegar, recuerda cómo te sentiste la vez que decidiste madrugar.
Ponte un objetivo de carrera junto a alguien más. Desgraciadamente, tu necesitas más motivadores para madrugar que una persona diurna, así que inscríbete a esa carrera pero hazlo con tu mejor amigo, con tu equipo, con la supervisión de un coach, etc…entrenar con disciplina y en compañía hará que liberes endorfinas y dopamina y tu cuerpo se despierte todos los días pidiendo más de ello.
Cambia el café de la tarde por un té relajante. Esto te ayuda a bajar el ritmo y conseguir que después de las 6pm tus niveles de energía bajen y estés lista para correr al siguiente día.
Motívate y prémiate. Lee libros de superación, ve películas o documentales que te inspiren, escucha música, cambia de ruta, encuentra nuevos amigos. TÚ PUEDES. Y cuando lo hayas logrado, reconoce tu esfuerzo con algo que no sea comida como una ida al pedicure, al masajista, un nuevo producto de maquillaje, unos tenis o ropa de correr, una cita con tus mejores amigas o hasta una tarde relajante donde puedas leer un libro. Solo tu sabes lo que deseas.
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