Mi nombre es Miriam, tengo 33 años y llevo 2 años corriendo, en mi vida había tenido alguna fractura, ni en mi niñéz, que fue terrible.
A finales del mes de octubre sufrí una fractura en el radio de la mano derecha, yo creí que solo había sido el golpe, pensé que con hielo bastaría y que al siguiente día estaría como nueva; pero no fue así, me dolía cada vez más y no podía mover la muñeca para nada. Llegó el momento de la verdad, mi esposo y yo fuimos con los sobrinos médicos para que me sacaran una radiografía, y si, era una fractura, gracias a Dios no estaba desplazada, pero sea como sea, era fractura.
Lo primero que pensé fue: «No jugaré la final de futbol, tengo el medio maratón en Tequila, y luego el Perrotón, ¿cómo le haré?» Las primeras indicaciones que me dieron fueron: «No puedes correr, ni jugar futbol» y como buena mujer, me agarré llorando, soy una persona a la que no le gusta que le den órdenes, ni mucho menos que me digan que no puedo hacer las cosas, así que al día siguiente ya traía mi yeso bien puesto.
Era incomodísimo, me enyesaron hasta el codo y de esa forma, no podía correr, así que fui a que me lo cortaran, me sentía libre, pero tenía miedo, miedo de caerme y volverme a lastimar, así que solo entrené una vez con mi yeso y según yo, ya estaba lista para mi 4to medio maratón, nadie me iba a parar. Una semana despues (12 de Noviembre) fue la final de futbol, no pude jugarla y perdimos, estaba desepcionada de mi. ¿Por qué tenía que fracturarme días antes? luchamos para estar en la final y ahora se nos va el campeonato como agua en las manos, pero así es esto, ahora tenía que enfocarme en mis carreras.
Estando en tequila (16 de Noviembre), mi esposo me dijo que corriera solo los 10 kms para poder cuidarme, le dije que no, que no había ido hasta Tequila solo por 10kms, «correré el medio maratón sea como sea, aunque me tarde 3 horas, no importa». Una noche antes dormí muy poco, tenía miedo, estaba nerviosa, no conocía la ruta y eso me estresaba más, para no hacer el cuento más largo, lo corrí y me sentí muy bien, corrí un poco más lento que en mis otros medios, terminé agotada, pero fue buena mi carrera, la disfruté mucho, aunque en el kilómetro 6 quería renunciar, pero no lo hice, las fuerzas de lo alto llegaron a mi y seguí adelante.
Al cruzar la meta me sentí feliz y con mi brazo bien, estaba orgullosa de mi, de mi decisión, nadie supo el gran esfuerzo que tuve que hacer para presentarme en Tequila, pero no importó, mi meta estaba cumplida. Una semana despues tenía la carrera de 3kms del perrotón (23 de Noviembre), antes del accidente, mi meta era llegar en los primeros lugares, pero al ver mi condición, mi objetivo había cambiado, ahora era solo correr y disfrutar la carrera con mi perra, es difícil correr con perro y más cuando no están tan acostumbrados, no sabía como iba a reaccionar mi «chucha», tenía miedo a caerme, así que en mi mente estaba el disfrutar la carrera y nada más.
Pero qué gran sorpresa me llevé cuando nombraron a los ganadores, mi nombre y el de mi perra estaba en tercer sitio, estaba muy contenta, no solo fue mi logro, sino el de mi chucha «la vaca», ella es una campeona, corrimos con rapidez, ahora mi fractura ya no importaba, veía cómo disfrutaba cada paso y la animaba a correr más rápido, no nos dimos por vencidas y les demostramos que CADA QUIEN PONE SUS LIMITES, y el mío, el mío aún no llega.
Ahora mi meta es correr el maratón en mi ciudad (Guadalajara), con o sin yeso, nadie me detendrá. Le doy gracias a mi esposo por su apoyo incondicional, por su amor y paciencia, y sobre todo a Dios, porque él es quien me da las fuerzas para salir adelante y sin él, esta historia hubiera sido otra.
Miriam Amaya