Aprender a respirar correctamente mientras vamos corriendo podría hacer la diferencia entre fatigarte demasiado pronto y que aparezca el temido «dolor de caballo» o «agujetas» (justo debajo de tus costillas y cargado hacia un lado) o romper tu marca. Aprender a respirar al correr, es muy fácil, solo es cuestión de practicarlo.
1. Aprende a respirar por el estómago, no por el pecho. De pie, empieza a respirar por el pecho (llénalo de aire), como si inflaras los pulmones y suelta el aire por la nariz. Fíjate cómo tu espalda alta, cuello, hombros y cabeza se tensan. Ahora respira por el estómago. Inhala y exhala pero haciendo la contracción en el abdomen, notarás que no hay tensión. Esta es la forma en la que debes respirar mientras corres. Te recomendamos practicar esta respiración al hacer yoga.
2. Al correr a un ritmo confortable y cuando tengas controlado el punto uno, inhala durante 3 zancadas y exhala durante dos. Este sistema mencionado en el libro Running On Air de Buddy Coates, te permitirá encontrar el ritmo de tu respiración. Recuerda que al exhalar debes liberar toda la tensión que acumules sin querer. Como siempre, la práctica hace al maestro.
3. Si corres rápido (a ritmo de 5K, carreras tempo o sesiones de intervalos) cambia a inhalar durante dos zancadas y exhalar en una. La postura que llevas al hacer velocidad también cuenta mucho, checa estas recomendaciones.
4. Al correr es normal que también respires por la boca además de la nariz (incluso debes llevar la boca un poco abierta) si la cierras, te cansarás más pronto. Si puedes, incluye natación en tus entrenamientos para que tu capacidad pulmonar aumente y no te fatigues tan pronto.
5. Primero practica este ciclo caminando, una vez que lo domines, corre. Recuerda respirar por el estómago nunca por el pecho, la boca medio abierta (el mismo ritmo hará que la abras) y cuenta tus zancadas para inhalar y exhalar. Después, te saldrá automáticamente.
Ahora ve: