Un dolor de cabeza puede acabar con nuestro día, incluido con ello, nuestras ganas de seguir corriendo.
Así que si no es la primera vez que sientes un ligero dolor de cabeza, y cada que tienes un entrenamiento terminas sumamente desanimada y pensando de dónde proviene este padecimiento, he aquí algunas de las circunstancias que pudieran estar provocándolo.
Mala hidratación
Una de las principales causas es el desequilibrio de los electrolitos, los cuales se encargan principalmente de regular la cantidad de agua que hay en el cuerpo y de su actividad muscular, por ello, la importancia de su consumo. ¡Cada vez que sudas pierdes muchos de ellos! Recuerda que dichos minerales no los encuentras en el agua, pero sí en alimentos como: productos lácteos, granos enteros y verduras.
No comer antes de correr
Muchas veces evitamos comer platillos fuertes antes de nuestros entrenamientos por temor a sentir una mayor pesadez o sufrir del “dolor del caballo”, el cual se sufre por la acumulación de gases en el tubo digestvio, según la gastroenteróloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Brenda Herrera Chi. Sin embargo, ingerir una comida sana que incluya carbohidratos, proteínas y grasas buenas dos horas antes es un win para tu entrenamiento.
Mala postura
De no correr con una postura correcta podrías provocar una tensión muscular en tu cuello y cabeza dejando que toda la presión se acumule en ellos. En este caso, lo mejor es que practiques ejercicios de fuerza y elasticidad para mejorar la postura de tus músculos y evitar que todo el peso recaiga en la parte alta de tu cuerpo.
El entrenamiento cruzado para correr rápido y evitar lesiones
Dilatación de vasos sanguíneos
Según el estudio “Año Global Contra el Dolor de Cabeza” publicado en el año 2011, las arterías se pueden dilatar durante el ejercicio por el aumento de frecuencia cardiaca, si bien, esto no pasa siempre, sí en una gran parte de los corredores. Por ello, la importancia de medir nuestras pulsaciones al correr para evitar que nuestro cuerpo llegue a un sobreesfuerzo.
Mala respiración
Aunque creamos que suena un poco loco, ¡hay veces que olvidamos respirar cuando corremos! Sean cortos o largos, estos intervalos evitan que el oxígeno llegue a nuestro cuerpo y cerebro. Así que cada que salgas a correr pon atención también a tu respiración y conéctala a tu ritmo.
Ahora ve: