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A finales del 2011, para precisar el 18 diciembre, fui invitada por una amiga a un grupo de corredores. En mi vida había corrido, bueno sí pero para alcanzar el camión. Regularmente asistía a clases de bailes latinos o afortunada o desafortunadamente comencé a sentirme asfixiada y ya no me agradaba.

Como bien dicen, todo llega en el momento justo, un respiro a la libertad, aprender a escuchar tu cuerpo, prácticamente comencé de cero, hice mi primer carrera, me sentía increíble, la adrenalina de ver el arco de meta, cruzarlo, me sentía plena, ¡qué decir de los tiempos! no es algo en que me haya enganchado, porque sólo me gusta disfrutar de cada paso porque aparte soy lenta pero segura.

No todo es color de rosa, «el problema no es caerse sino saberse levantar». Comencé con un dolor terrible, ni caminar podía, me diagnosticaron periostitis, me costo mucho trabajo la recuperación, ya que no era constante en mi rehabilitación. Mi hermana duró casi un mes en el hospital, teníamos que turnarnos para asistirla, no había tiempo, después la pérdida física de mi papa, creí que ese dolor jamás se me quitaría, retirada de entrenamientos y carreras por más de 6 meses.

Volví con temor de volverme a lastimar, era más lenta de lo que ya era, tenía mucho miedo a pisar mal, lo fui venciendo y otra vez agarré el ritmo, retomé el entrenamiento y las carreras y comencé por mi cuenta sin ningún plan, sólo disfrutar. Fue hasta el 2013, cuando experimenté el medio maratón, experiencia «padrísima».

A principios 2014, como cosa de chiste, una amiga me dijo: «¿por qué no correr el Maratón de Chicago? hay que entrar al sorteo». Primero comenzamos por encontrar ofertas en vuelos, por si sí o por si no. Para mi era un sueño aún no soñado porque ni siquiera había pasado por mi mente. Justo en ese momento no lo quité de cada pensamiento, estoy súper agradecida con ella por ayudarme.

Se llega el sorteo y salió «aceptada». Fue casi un secreto pero ¿por qué no decirlo? A mi familia por no defraudarlos, a la sociedad por mis miedos que estoy venciendo de todas esas personas que te dicen: «mira su cuerpo y eso que según ella corre, no lo logrará porque corre un medio maratón sin entrenamiento, así correrá el maratón, no sabe ni lo que dice, está loca…», y así un sin fin de comentarios.

Hoy doy gracias a Dios porque justo a esos comentarios #MiHeroínaSoyYo. Me he demostrado a mi misma de lo que soy capaz, he vuelto a creer en mi y sé que todos somos diferentes, no importa qué tan lento o rápido vayas, al final cruzarás la meta (Frase inspirada de Spirit of Marathon). Cabe mencionar que por alguna razón encontré en mi cartera una estampa con una imagen de una mariposa y con esta frase: «El que ama lo que hace está benditamente condenado al éxito», de Facundo Cabral. La transformación de la mariposa es increíble.

Me sentí identificada en este maratón porque no tenía en idea de lo que logré. Me ha ayudado a entender tantas cosas, a valorar a mi familia, cultivar mis amistades, a siempre tener humildad, que en ocasiones me cuesta mucho trabajo, sé que puedo lograrlo y también he motivado algunos hacer algo nuevo. He aprendido que somos diferentes y libres de cumplir nuestras metas. Agradecida con Dios, mi Angel, mi famila, amigos, que me ayudan a crecer día a día. A seguir disfrutando de la naturaleza, de la vida misma. Cada paso que damos tiene más sentido cuando se lo dedicas a alguien o alguna causa. Así que a seguir sumando kilómetros y nuevas experiencias, ser mejores personas.

Blanquita