Muchas nos hemos aplicado hielo después de correr y la verdad, ha sido muy útil. En varias ocasiones, sobre todo cuando entrenamos de forma intensa o prolongada, el hielo se ha vuelto nuestro mejor amigo después de una buena sesión de entrenamiento. Lo hemos adaptamos a nuestra vida gracias a la recomendación de nuestro médico, de nuestro entrenador, porque vimos que los deportistas lo hacen o por recomendación de nuestra madre; y es que nos ayuda a tener una mejore recuperación en músculos y articulaciones.
Ya sea por cubos de hielo, bolsa con agua congelada, compresas de hielo o hasta una bolsa de chícharos congelada, ayuda a que los músculos y articulaciones que se han inflamado por el alto impacto de nuestros entrenamientos tengan un rápido alivio local después del esfuerzo.
Pero ¿por qué ponerte hielo después de correr y cómo hacerlo? Aquí las respuestas:
- Estrechamiento de los vasos sanguíneos; cuando tu piel está en contacto con el frío, ayuda a la disminución del flujo sanguíneo, es decir, todo lo contrario que se consigue con la inflamación. Esto ayuda a disminuir el proceso de la inflamación.
- Frío actúa como un antiinflamatorio; también sirve como un analgésico. Disminuye la circulación y adormece la piel, reduciendo la molestia mucho más rápido, cosa que pastillas o cremas antiinflamatorias no logran fácilmente.
- Disminuye el dolor local; el hielo provoca una sedación local, disminuyendo la sensibilidad y la percepción del dolor, pudiendo llegar a un efecto anestésico. Es importante resaltar que si después de ponerte hielo el dolor no disminuye, es importante ir con un especialista, podría ser algo más grave.
- Reduce la aparición de lesiones; ya que favorece la reducción del dolor y colabora en la aceleración del proceso de recuperación en caso de lesión.
- Fomentar la movilización temprana y la recuperación de la función de los músculos y nervios.
Recuerda que la aplicación de hielo NO debe ser inmediatamente después de realizar actividades físicas y tampoco debe ser directamente sobre la piel. Es importante poner hielo en la zona durante las 48 horas posteriores al entrenamiento, la aplicación local debe ser de 10 a 30 minutos, sin dejarlo mucho tiempo de forma continua. Tampoco se debe poner comprometiendo a nuestra piel sobre heridas que no han cicatrizado, ampollas, quemaduras.
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