Foto Cortesía: Zoe Water
Foto Cortesía: Zoe Water

Un PH elevado puede llevarte a padecer lesiones y enfermedades que podrían imposibilitar tu entrenamiento.

Pero ¿qué es el PH? Es la unidad de medida que determina el grado de acidez o alcalinidad en los tejidos. La puntuación va del 0 al 14 y el 7 significa que se tiene un PH neutro. En una corredora como tú, la acidez provoca una baja en tu rendimiento inexplicable. Las causas son muy amplias, pero tan solo el tipo de entrenamiento que hagamos la puede disparar. Tanto en las sesiones de velocidad como en las pruebas de fondo, hay una importante acumulación de restos de ácidos en los músculos que si no se eliminan mediante los estiramientos, la ingesta de agua y una correcta alimentación, nos pueden provocar una baja en el rendimiento y causar enfermedades.

Las carnes rojas, embutidos, mariscos, café, bebidas alcohólicas, exceso de azúcar y una baja ingesta de fruta, verduras y legumbres, además de una hidratación deficiente provoca una disminución en los minerales y las vitaminas necesarias para un buen desempeño atlético.

 

¿Cómo saber si soy una corredora ácida? Si presentas algunos de estos síntomas, lo padeces.

– Problemas intestinales o de acidez estomacal, reflujo y úlceras.

– Falta de concentración, depresión y nerviosismo.

– Piernas pesadas y calambres musculares.

– Falta de energía y frialdad constante.

– Uñas quebradizas y cabello débil.

– Acné, eczemas y granos.

También puedes comprar unas tiras reactivas en la farmacia para medir tu acidez.

¿Cuáles alimentos alcalinizan mi PH?

Alfalfa, brócoli, zanahoria, apio, col, pepino, berenjena, ajo, lechuga, tomates, berro, calabazas, manzana, aguacate, plátano, frutos rojos, uvas, naranja, pera, piña, pasas, fresas, mandarinas, sandía, coco, almendras, canela, jengibre, jugos verdes, agua alcalina como Zoe Water, agua mineral, bicarbonato de sodio.

Después de una carrera (de la distancia que sea) o de un entrenamiento intenso, te recomendamos una dieta más alcalina y cerciorarte de que consumas la dosis requerida de hierro, magnesio, vitaminas B, potasio y calcio para una correcta recuperación.