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Yo no lo busqué pero un día decidí probarlo. Unos tenis viejos y empecé a correr. El sol calaba mi cara, el sudor demostrando mi cansancio y mis piernas que parecían tener vida aparte, me hicieron llegar a donde jamás imaginé. Esto se convirtió en vicio por 20 años más.
Desde aquellos trotes en un parque de Torreón a los 16 años hasta los entrenamientos con la selección de atletismo de la Ibero Ciudad de México y mis entrenamientos formales en varias ciudades del país, han sido mis mejores maestros.
Yo aprendí a entender la vida mientras corría. Tomé decisiones, solucioné problemas, soñé muchas cosas, puse en perspectiva otras, le di el justo valor a lo que debía, lloré y apagué el dolor mientras rompía un record personal…correr se convirtió en mi aliado y en mi enemigo.Se despertó esa furia y esa seguridad que sólo se consigue cuando tienes una medalla en tus manos, cuando una ampolla destrozó tus pies, cuando cruzaste la meta con euforia. Yo he cruzado metas con todos los sentimientos que alguien se pueda imaginar: llanto, alegría, dolor, rabia, frustración, felicidad…Sí, correr me ha enseñado a controlar las emociones.
La vida es una carrera donde se empieza con alegría, aparece el cansancio, el dolor, la tristeza, la frustración pero depende de uno cómo quiera vivirla y acabarla. En las carreras y maratones he aprendido que yo soy la que elige los sentimientos de los cuales voy a echar mano para terminarlas con éxito.
He aprendido de la derrota y las mismas veces que he caído me he levantado. He podido hacer grandes amigos que están ahí al pendiente de mis logros pero me da más gusto haber tenido enemigos que me desafiaron. Mientras corría descubrí que era fácil rendirse en la vida pero que yo no competía con los demás, sino conmigo misma.
Hoy sé que cualquier carrera como la vida puede ser tan divertida como uno quiera, que yo supe de lo que era capaz hasta que corrí, que pude enfrentar miedos y olvidarme de los límites, tomé conciencia de mi cuerpo y lo cuidé y sobre todo, le di paz a mi mente. En fin, correr me volvió mejor persona.

*Publicado el 18 de enero de 2013